Danske Bank cerrará su sucursal en Estonia en medio del escándalo de lavado de dinero valuado en US$230.000 millones

La autoridad reguladora bancaria de Estonia ordenó el martes al Danske Bank cerrar sus operaciones en el país mientras investiga uno de los escándalos de lavado de dinero más grandes de la historia. Los propios reguladores de Estonia enfrentan una investigación por parte de las autoridades europeas para responder por posibles fallas en la supervisión.

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El regulador estonio, Finantsinspektsioon (FSA), tomó esta medida sin precedentes contra Danske Bank como una demostración de fuerza en una creciente debacle de delitos financieros que ha llevado a la sucursal regional del banco danés a mover cerca de US$ 230.000 millones en fondos sospechosos a Rusia y otras localidades de alto riesgo entre 2007 y 2015.

Minutos después del anuncio del regulador estonio, Danske Bank declaró que estaba cerrando todas las actividades y abandonando los mercados de Rusia, Estonia, Letonia y Lituania, aunque agregó que la medida era «independiente» de la orden de la FSA y había sido considerada «por algún tiempo.»

El único vínculo que se mantendrá es el centro de servicios compartidos de Danske Bank en Lituania, que «cumple una serie de funciones administrativas» para Danske Bank. La institución tiene ocho meses para reorganizar y pagar a los clientes en su totalidad.

Las «graves violaciones cometidas por el Danske Bank durante muchos años y el daño causado a la credibilidad del entorno financiero de Estonia requieren una condena inequívoca», dijo Kilvar Kessler, presidente de la Junta de Administración de la FSA, la unidad de inteligencia financiera del país.

También culpó en gran medida al regulador danés, país de origen de Danske Bank, afirmando que «trató al banco con debilidad» y que la FSA «fue la única institución en Estonia o Dinamarca que reaccionó a las actividades de Danske Bank, ya que forzó al banco a finalizar su negocio de atención a clientes no residentes en Estonia en 2015 a la luz de la evidencia disponible en ese momento».

A pesar de ello, el caso ha dañado la reputación de Estonia, dijo Kessler.

“Tenemos todo el derecho de poner fin de una vez por todas a este caso tan excepcional y desafortunado, ya que en Estonia se han cometido violaciones graves y en gran escala de las normas locales a través de la sucursal de un banco extranjero, y esto ha sido un duro golpe a la transparencia, credibilidad y reputación del mercado financiero de Estonia», dijo.

Sin embargo, la FSA también tendrá que hacer su propio proceso de saneamiento, ya que debe responder por sus propias estrategias de supervisión que permitieron que ocurrieran las fallas del Danske Bank.

La Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) informó el martes a la FSA que ha «iniciado una investigación formal sobre las autoridades supervisoras financieras estonias y danesas con respecto a su trabajo de supervisión en Danske Bank» y las posibles violaciones a las leyes ALD / CFT de la UE, remontándose a más de una década.

Estonia y Dinamarca enfrentan una serie de sanciones desde la EBA, desde amenazas de multas pecuniarias hasta recomendaciones formales más ligeras para que mejoren los sistemas regulatorios y las medidas de cumplimiento para evitar futuras infracciones de las leyes de cumplimiento y delitos financieros de bloque.

El escándalo del Banco Danske y la creciente embestida de los reguladores involucrados deberían servir como una advertencia para los bancos de todo el mundo sobre lo que puede suceder en el peor de los casos cuando una sucursal con débiles controles ALD no se supervisa y controla adecuadamente.

Hasta ahora, el banco ahora debe salir de Estonia y ha perdido la oportunidad de aumentar las ganancias en los países bálticos y ha mancillado la reputación financiera de todo el país, con importantes repercusiones que llegan hasta Dinamarca.

Además, la UE ha tenido que involucrarse, lo que podría generar más presión y vergüenza para los reguladores financieros si los revisores descubren que los reguladores en Dinamarca o Estonia actuaron con negligencia.