Un peligroso juego de compañías fantasmas

La siguiente editorial fue publicada por Adam Szubin, Subsecretario Interino para Terrorismo e Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en la publicación The Hill en Washington el 11 de julio de 2016. Acceda aquí a la publicación original en inglés *

Por Adam Szubin

Como el funcionario encargado de supervisar los esfuerzos del gobierno de EE.UU. para rastrear el flujo de dinero ilícito y terroristas, a menudo me preguntan sobre los nuevos u obscuros métodos que utilizan los criminales para mover el dinero. En los años posteriores a los ataques del 9/11, las preguntas a menudo apuntaban a las transferencias hawala. Hoy en día, la gente me pregunta sobre las monedas virtuales como Bitcoin y la web profunda.

Pero existe un método de lavado de dinero que es mucho menos tóxico y mucho más peligroso: compañías fantasmas –shell companies—constituidas en EE.UU.

No tiene por qué ser así. El Congreso podría cerrar esta laguna con la aprobación de una sencilla ley, de dos páginas que obligue la identificación del beneficiario final cada vez que se constituya una compañía de EE.UU. El Departamento del Tesoro presentó una propuesta legislativa al Congreso el mes pasado que proporciona un marco para cerrar esta laguna de una vez por todas.

En todas las amenazas a las que les realizamos un seguimiento, ya sean terroristas extranjeros, carteles de narcotraficantes, regímenes sancionados o piratas cibernéticos, nuestros investigadores se encuentran con empresas fantasmas estadounidenses utilizadas para ocultar y mover el dinero. Consideremos el conocido traficante de armas Viktor Bout, el supuesto modelo para la película «Lord of War», que vendió armas a terroristas desde África hasta los Balcanes. Bout no movió sus armas en Estados Unidos, pero su comerciante de armas soviético movió su dinero manchado de sangre a través de empresas establecidas en Florida, Texas y Delaware. Una laguna en nuestro sistema financiero permitió esta opacidad, y tomó años descubrir el completo rastro del dinero.

Delaware es bien conocida por sus negocios para la constitución de compañías, pero no es peor que cualquier otro estado en este sentido. Con unos US$ 100 y 20 minutos, se puede ir a la página web de un estado de EE.UU. y constituir una empresa sin revelar el nombre de la persona que será el propietario o controlará la misma. Agentes profesionales de constitución establecen cientos o incluso miles de estas empresas y luego las venden, en algunos casos, para aquellos que buscan mover el dinero subrepticiamente. Los delincuentes han descubierto que las empresas estadounidenses tienen más facilidades para poder abrir cuentas bancarias, y por lo tanto constituyen en EE.UU. grandes números. El resultado es que nuestros investigadores financieros a menudo se cruzan con empresas fantasma de Estados Unidos en sus búsquedas de dinero – y allí puede terminar el camino.

En estos casos, al anonimato no lo vende un cambiador de cheques en un sombrío callejón o un hawaladar; lo proporciona abiertamente las oficinas estatales de incorporación. Esto les da a las compañías fantasmas estadounidenses la dudosa distinción de ser el único método de lavado de dinero donde el secreto es proporcionado por una entidad gubernamental.

Detener la financiación del terrorismo y el lavado de dinero son temas de todos los partidos políticos, y el apoyo del Congreso para el trabajo de mi oficina es amplio y profundo. Pero cuando los legisladores han intentado a lo largo de los años aprobar leyes similares a la propuesta recientemente por el Departamento del Tesoro, las partes interesadas han logrado derribar constantemente los proyectos de ley. Esto es simplemente inaceptable.

Mientras tanto, para mitigar la amenaza, el Departamento del Tesoro emitió una regulación que va a exigir a los bancos de Estados Unidos que abran una cuenta corporativa que obtengan y verifiquen la identidad del beneficiario final de la compañía. Eso ayudará con las empresas que opten por abrir cuentas bancarias en EE.UU., pero no va a detener a los criminales que utilizan empresas estadounidenses fantasmas y de fachada para abrir cuentas bancarias en el extranjero. Y la carga para identificar los verdaderos propietarios de las empresas debe caer principalmente en aquellos que crean o constituyen las empresas en primer lugar. Para dejar esto bien claro deberá intervenir el Congreso.

En muchos aspectos, EE.UU. es la envidia del mundo cuando se trata de nuestro sistema de prevención de lavado de dinero. Limpiando nuestro problema con las empresas fantasmas, el Congreso cerraría una brecha que ha permitido que miles de millones de dólares fluyeran anónimamente y también la reputación de Estados Unidos como el mejor y más seguro lugar de la tierra para hacer negocios.

Szubin es Subsecretario Interino para Terrorismo e Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de Estados Unidos

* Traducción de la Asociación de Especialistas Certificados en Delitos Financieros.