Los “Panama Papers” exponen un abuso global de compañías fantasmas anónimas

Los documentos filtrados del bufete de abogados de Panamá Mossack Fonseca que se publicaron el domingo pasado muestran la utilización de empresas fantasmas por parte de líderes mundiales, políticos y otros para proteger miles de millones de dólares…o esconderlos del escrutinio público. El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), con sede en Washington, publicó información de más de 10 millones de registros de la firma de abogados.

Uno de los puntos que los documentos dejan en claro es que algunos de los principales bancos mundiales han sido grandes impulsores para la creación de este tipo de compañías –que son difíciles, y hasta imposible en muchos casos, de saber quiénes son sus dueños— en las Islas Vírgenes Británicas, Panamá, Islas Caimán, Singapur, y otros centros financieros internacionales. Los documentos muestran casi 15.600 empresas fantasmas que los bancos han establecido para clientes en busca de mantener sus finanzas en secreto, incluyendo miles de compañías creadas por gigantes internacionales UBS y HSBC.

El consorcio de periodistas, y basándose en los registros obtenidos, muestra por ejemplo cómo durante años el gigante bancario suizo UBS y Mossack Fonseca mantuvieron una relación económicamente provechosa. UBS tenía clientes que querían las compañías offshore para mantener sus finanzas ocultas, y Mossack Fonseca proveía esas compañías.

Pero en 2010, bajo la amenaza de un proceso penal en EE.UU. por evasión de impuestos y lavado de dinero, UBS debía limitar los daños y la junta directiva quería salir del negocio de las compañías fantasmas, según el ICIJ. La tensión estalló cuando UBS afirmó que Mossack Fonseca, y no el banco, era responsable de identificar a los propietarios de las empresas fantasma detrás de las cuentas secretas.

Un empleado de Mossack Fonseca argumentó que su firma no sabía quién realmente era el propietario de algunas de las empresas creadas para los clientes de UBS, porque el banco había retenido esa información. Un ejecutivo de UBS dijo que Mossack Fonseca estaba «violando la normativa contra el lavad de dinero en Suiza,» y que estaba «seriamente» contemplando la posibilidad de denunciar a la firma de abogados ante las autoridades, de acuerdo a los correos electrónicos que describen el encuentro, señala el grupo de periodistas.

Estos correos electrónicos aparecen entre los más de 11 millones de documentos de Mossack Fonseca obtenidos por ICIJ, el banco alemán Süddeutsche Zeitung y otros medios de comunicación asociados. Los registros filtrados proporcionan no solo un vistazo en la disputa UBS-Mossack Fonseca, sino una imagen sin precedentes sobre cómo los principales bancos mundiales trabajar en forma muy cercana con otros jugadores en una industria offshore que ayuda a que los ricos, políticos y criminales mantengan sus activos bajo el radar de las autoridades.

Más de 500 bancos, sus filiales y sucursales registraron cerca de 15.600 empresas fantasmas con Mossack Fonseca, según el análisis de los registros de ICIJ. La gran mayoría de ellas fueron creadas a partir de la década de los 90.

El gigante bancario británico HSBC y sus filiales representan más de 2.300 de las compañías, UBS representa más del 1.100. Otros grandes bancos con negocios con Mossack Fonseca incluyen Société Générale (979 empresas), Royal Bank of Canada (378), Commerzbank (92), y Credit Suisse (1.105).

Los documentos están vinculados con la creación de miles de compañías pantallas, que podrían exceder las 200.000, y muchas de éstas están vinculadas a unos cuantos líderes mundiales y otras decenas de políticos de más de 45 países. La filtración cubre casi 40 años, de 1977 a finales de 2015 y ofrece una visión nunca antes vista del mundo offshore, de cómo se mueven los flujos de dinero, lícito e ilícito, a través del sistema financiero mundial.

La información incluye correos electrónicos, hojas de cálculo financieras, pasaportes y registros corporativos que revelan los secretos propietarios de cuentas bancarias y empresas en decenas de jurisdicciones offshore, que van desde Nevada a Singapur a las Islas Vírgenes Británicas.

La mayoría de los servicios que ofrece la industria offshore es legal, pero de acuerdo con ICIJ los documentos muestran que los bancos, bufetes de abogados y otros participantes en el mundo offshore no han seguido sus obligaciones legales para asegurarse de que sus clientes no estén involucrados en actividades delictivas, evasión de impuestos o corrupción política. Los archivos muestran que en algunos casos intermediarios offshore se han protegido, y a sus clientes, ocultando transacciones sospechosas o manipulando registros oficiales.

El grupo señaló que transacciones por US$ 2.000 millones involucran a personas y empresas vinculadas con el líder ruso Vladimir Putin. Cuatro empresas fantasmas estaban vinculadas al banco Rossiya con sede en St. Petersburg.

Los registros revelan un patrón de maniobras encubiertas por parte de bancos, compañías y personas vinculadas con el líder ruso. Los registros muestran que empresas offshore vinculadas a esta red movieron hasta US$ 200 millones por vez. Según ICIJ, allegados a Putin disfrazaron pagos, alteraron las fechas de documentos y obtuvieron influencia encubierta dentro de los medios y la industria automotriz del país.

Cuatro de los funcionarios de la FIFA acusados en Estados Unidos utilizaron compañías offshore creadas por Mossack Fonseca.

Los documentos también incluyen al menos a 33 personas y compañías que se encuentran en la lista negra del gobierno estadounidense por su relación con actos ilícitos, como por ejemplo hacer negocios con capos de la droga mexicanos, organizaciones terroristas como Hezbolá o países sancionados como Corea del Norte.

Las repercusiones de la filtración de los documentos se hicieron sentir en muchas jurisdicciones durante toda la semana, el primer ministro británico David Cameron admitió que utilizó un fideicomiso offshore.

Cameron, quien se mantuvo a la defensiva durante los primeros días de la semana argumentando que el tema de sus inversiones era un asunto privado, admitió que había ganado dinero a través de un fideicomiso offshore creado por su padre, quien figuraba como cliente de Mossack Fonseca. Según señaló a la prensa, él y su mujer poseían acciones—por unos US$42.000—que las vendieron cuando asumió como primer ministro del Reino Unido.

Cameron señaló que los dividendos de esta inversión estaban gravados.

En 2013, Cameron instó a los territorios de ultramar de su país – incluyendo las Islas Vírgenes Británicas – a trabajar con él para poner «nuestra casa en orden» y sumarse a la lucha contra la evasión fiscal y el secretismo offshore.

El hecho de que los documentos identifiquen a las Islas Vírgenes Británicas como un importante centro de actividad offshore, se traduce en otro punto incómodo y difícil para el primer ministro británico, que pone en la cuerda floja la postura del político británico de convertirse en líder en la lucha internacional contra la evasión impositiva.

Además de Putin y Cameron los líderes y políticos de Islandia, Argentina, Georgia, Irak, Jordania, Qatar, Arabia Saudita, Sudán, Emiratos Árabes Unidos, y Ucrania fueron implicados con secretas cuentas de inversión o intereses no declarados en las empresas offshore.

El uso de compañías offshore no es ilegal. Sin embargo, la naturaleza de confidencialidad y falta de transparencia de las empresas a menudo crea condiciones muy atractivas para los delincuentes que buscan ocultar la propiedad efectiva de activos producto de delitos graves o para evadir impuestos.

Los bancos en la arena de las inversiones internacionales y las firmas de abogados, o agentes de creación de compañías, conspiran para esconder el dinero de sus clientes y no cumplen con su obligación de debida diligencia.

EE.UU. es uno de los países que ha sido criticado severamente por permitir la creación de compañías anónimas, el gigante del norte sigue siendo uno de los principales paraísos fiscales del mundo. Varios estados de EE.UU. han atraído mucho capital extranjero facilitando la constitución de compañías fantasmas y otras entidades legales que esconden las identidades de los propietarios.

Si bien el gobierno de Estados Unidos ha tomado algunas medidas para hacer frente a este problema, estas medidas han sido insuficientes. El país norteamericano tiene la intención de adoptar nuevas obligaciones legales para cerrar algunos de los atajos y obligar a los bancos e instituciones financieras a conocer la identidad de los clientes que abren cuentas a nombre de empresas fantasmas, pero todavía queda por ver qué forma tomará esta iniciativa y con qué rigurosidad será aplicada.

Mossack Fonseca señala públicamente que «lleva a cabo exhaustiva diligencia debida para verificar la legitimidad de cada uno de nuestros clientes» y dice que nunca funcionaría con políticos corruptos, criminales u otros personajes sospechosos, pero la documentación e información interna de la empresa muestran una realidad diferente, señala el consorcio de periodistas.

Mossack Fonseca dijo que «no fomenta ni promueve actos ilegales» y «nunca ha permitido a sabiendas el uso de nuestras compañías» por parte de personas que trabajan con gobiernos sancionados. En la mayoría de los casos, la obligación de verificar los clientes pertenece a los bancos, bufetes de abogados y otros intermediarios que son el enlace entre la empresa panameña y los propietarios de las compañías fantasmas, dijo.

El consorcio de periodistas dice que la información filtrada muestra que en algunos casos los laxos procedimientos de Mossack Fonseca permitió que personas incluidas en listas negras y otros clientes cuestionables se colaran sin que la empresa supiera quienes eran.

Mossack Fonseca tiene oficinas en casi cuarenta países, entre ellos Hong Kong, Miami, y Suiza. Tiene alrededor de 500 personas, según su sitio web. Ofrece constitución de compañías y otros servicios en Belice, Países Bajos, Costa Rica, Reino Unido, Malta, Hong Kong, Chipre, Islas Vírgenes Británicas, Bahamas, Panamá, Seychelles, Samoa, y en los estados de Nevada y Wyoming en EE.UU.