La SEC acusa a compañías de minería de Bitcoin de estafas a través de esquemas Ponzi

La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. acusó hace algunos días a dos empresas mineras de Bitcoin y a su fundador de conducir un esquema Ponzi donde se utilizaban ganancias obtenidas con la moneda virtual para defraudar a los inversionistas.

Según la demanda de la SEC presentada en una corte federal en Connecticut, «la minería» de Bitcoin u otras monedas virtuales significa utilizar la potencia de una computadora para tratar de resolver complejas ecuaciones para corroborar un grupo de transacciones en esa moneda virtual. A la primera computadora o conjunto de computadoras que resuelve una ecuación se le otorga nuevas unidades de esa moneda virtual.

La SEC alega que Homero Josué Garza perpetró el fraude a través de sus empresas en Connecticut GAW Miners and ZenMiner ofreciendo una participación de una operación de minería de Bitcoin. En realidad, GAW Miners and ZenMiner no poseían potencia informática o poder de hash suficiente para realizar la minería que se comprometió a llevar a cabo, por lo que la mayoría de los inversionistas pagaron por una participación en fuerza o capacidad informática que nunca existió. Las ganancias pagadas a algunos inversionistas procedían de los ingresos generados por las ventas a otros inversionistas.

«Como se alega en nuestra demanda, Garza y sus empresas encubrieron su esquema en jerga y sofisticación tecnológica, pero el fraude era sencillo: vendían lo que no poseían, tergiversado lo que estaban vendiendo, y robaban a un inversor para pagar a otros», señaló Paul G. Levenson, director de la Oficina regional de Boston de la SEC.

La SEC ya había demandado en el mes de agosto al hermano de Homero Garza, Carlos Garza, por negarse a cumplir con una citación de la Comisión de Bolsa y Valores sobre la investigación que se venía realizando en torno al caso de fraude de su hermano Homero.

Según la acusación de la SEC:

Desde agosto de 2014 a diciembre de 2014, Garza y sus empresas vendieron una participación en contratos de minería de monedas virtuales, llamada Hashlet, valuada en US$ 20 millones.

Más de 10.000 inversionistas  compraron Hashlets, que se promocionaron como de una rentabilidad constante.

A pesar de que lo Hashlets fueron representados en los materiales de marketing de la GAW Miners como un producto físico o pieza de hardware para minería, el contrato supuestamente daba al inversionista el control de una participación de la potencia informática que GAW Miners afirmaban poseer y operar.

Los inversionistas fueron engañados al hacerles creer que compartirían los rendimientos obtenidos por las actividades de minería Bitcoin cuando en realidad GAW Miners dirigía poco o ningún poder informático hacia cualquier actividad minera.

Debido a que Garza y sus empresas vendieron más potencia de la que poseían, les debían a los inversionistas una rentabilidad diaria más grande que cualquier rendimiento real de sus limitadas operaciones mineras.

Por lo tanto, los inversionistas simplemente fueron pagados gradualmente con el tiempo bajo el mantra de «ganancias o rendimientos» con los fondos que Garza y sus empresas obtenían de otros inversionistas.

La mayoría de los inversionistas Hashlet nunca recuperaron el monto total de sus inversiones, y pocos lograron obtener ganancias.

Esta acusación tiene lugar algunos meses después de que GAW Miners se desmoronara entre la creciente controversia alrededor de sus operaciones de minería, renuncias de miembros de su equipo, promesas falsas de que su altcoin, paycoin, tendría un precio de US$20 y algunos emails filtrados con información incriminatoria.