El GAFI pide que los países analicen y actualicen leyes en torno a las monedas virtuales, y que le den más escrutinio a las organizaciones de caridad

Por Brian Monroe
8 de Julio

La organización internacional encargada de establecer los estándares globales para combatir la delincuencia financiera está presionando a los países para que rediseñen sus leyes contra el lavado de dinero con el objetivo de controlar los cambistas, operadores e intermediarios de divisas virtuales y para que presten más atención a los servicios y las regiones donde operan organizaciones sin fines de lucro.

El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) en su sesión plenaria hace algunos días dio a conocer una serie de actualizaciones e informes sobre algunas vulnerabilidades, conocidas y emergentes, que podrían dar a criminales o terroristas una entrada más fácil en el sistema financiero internacional, poniendo más presión sobre los bancos para que descubran vínculos con estas entidades y revisen los riesgos y protocolos de monitoreo.

Dos informes del grupo supranacional se centran en las estrategias para adoptar un enfoque basado en el riesgo para luchar contra la delincuencia financiera en el área de las monedas virtuales, tales como Bitcoin, y las mejores prácticas para contrarrestar el abuso de las organizaciones sin fines de lucro, en particular los que tienen un nexo con lugares de entrenamiento de terroristas o campos de batalla.

En cuanto a organizaciones de caridad, el GAFI está instando a los países y las instituciones financieras a tomar un enfoque más detallado sobre las leyes vigentes en los países vinculados a estas organizaciones, pero, más importante aún, insta a un mayor escrutinio de las prácticas comerciales de las propias operaciones, sobre todo si están vinculadas con «actividades de servicios», incluyendo vivienda, servicios sociales, educación y salud, y la intersección con las zonas de conflicto.

El GAFI exhortó a los países a evaluar el riesgo de las operaciones de divisas virtuales que funcionan en sus fronteras y que sea una «prioridad» para actualizar las leyes y normativas relacionadas para poner al sector bajo los controles ALD.

Una lección clave del informe del GAFI, Guía para un Enfoque Basado en el Riesgo para las Monedas Virtuales, es que «los países deben prestar mucha más atención a los riesgos no solo de los cambistas de Bitcoin, sino también de las instituciones financieras que tienen relación con ellos» dijo Ross Delston, un abogado con sede en Washington, y consultor de cumplimiento ALD.

«Si se extiende el concepto de riesgo un paso más allá, la siguiente pregunta es ¿qué deberían estar haciendo los bancos con respecto a sus clientes que son los comerciantes que aceptan Bitcoin?», dijo.

Los bancos podrían tener que elevar el nivel de riesgo o dar un mayor escrutinio a estos comerciantes debido a la naturaleza riesgosa de la divisa, señala Delston.

El anonimato es un imán para la ilicitud

«Los bancos tienen que preguntarse qué tipo de comerciante acepta una moneda con un valor fluctuante, donde el margen de beneficio del comerciante no puede determinarse en el momento de la venta», dijo.

Del mismo modo, el «comerciante está vendiendo algo a alguien de forma anónima», dijo Delston. «El comerciante no tendrá la información normal sobre un cliente que tendría si estuvieran usando una tarjeta de crédito, tarjeta de débito o transacción ACH».

Eso significa que las transacciones de los clientes del comerciante, si son ilícitas, también serían «totalmente anónimas», dijo Delston. Añade que los comerciantes en línea que sería especialmente atractivos para los delincuentes estarían vinculados a productos de alta gama, tales como metales y piedras preciosas.

La guía se centra principalmente en los cambistas de Bitcoin – entidades que cambian dólares por bitcoins y viceversa – ya que normalmente deben tener un nexo con el sistema bancario para poder aceptar débito ACH, giros y depósitos en efectivo para acreditar correspondiente valor de bitcoins a las personas, empresas u otras entidades.

La guía sobre monedas virtuales también insta a los bancos y operaciones no bancarias a «considerar los riesgos asociados con la fuente de financiación» para los productos y servicios de pago de moneda virtual, que permiten fuentes anónimas de financiación, incluyendo peer-to-peer (P2P) transferencias de capital de riesgo y la financiación de otros nuevos productos y servicios «que son a su vez anónimos y aumentan los riesgos de LD / FT».

La guía requiere que los cambistas de Bitcoin adopten el arco completo de un programa ALD, incluyendo controles para conocer la identidad del cliente, el monitoreo de transacciones y la presentación de informes de actividad sospechosa, una tendencia que ya ha comenzado en algunos países como por ejemplo Estados Unidos.

El GAFI señala que algunas operaciones de divisas virtuales deben incluso ir más allá de las obligaciones antilavado estándares como poder realizar «operaciones ocasionales por encima de un determinado umbral, limitar la fuente de financiación a una cuenta bancaria, tarjeta de crédito o débito, o al menos la aplicación de tales limitaciones a la carga inicial, o por un período determinado hasta que se pueda determinar un patrón de transacciones , o para la carga por encima de un determinado umbral».

Para cambistas virtuales conocidos, revisar el historial ALD

Los bancos deben establecer medidas más fuertes de diligencia debida para los comerciantes y preguntarles si aceptan Bitcoin o preguntar qué volumen de sus negocios está ligado a pagos de Bitcoin, señala Delston.

Si un banco de EE.UU. se entera que tiene cambistas de Bitcoin como clientes, la institución debe preguntar si la compañía está registrada en FinCEN como un negocio de servicios monetarios y pedir una copia de su programa formal ALD y hasta una copia de su más reciente auditoría independiente, lo que ayudaría a medir el riesgo de la entidad o ver si puede necesitar que la cuenta sea cerrada, dijo Delston.

Debido a que muchos jugadores están simplemente rechazando una amplia gama de negocios que consideran riesgosos, las instituciones financieras pueden verse reacias a abrir cuentas para cambistas de dinero virtual o comerciantes que operan con ellas.

Algunas de las señales de alerta de que una cuenta puede estar atada a un cambista de moneda virtual incluyen depósitos en efectivo y giros más altos de los esperados y una salida de dinero hacia jurisdicciones de alto riesgo que no guardan relación con la naturaleza del cliente o el negocio.

Otra señal de alerta sería ver cuentas personales participando en lo que serían actividades comerciales, tales como aceptar o retirar dinero en efectivo y realizar el control, sobre todo si las transacciones rara vez terminen en números enteros.