La periodista Bethany McLean examina los escándalos financieros como Enron y la crisis de hipotecas en EEUU

[private]Por Daniela Guzmán
Fecha: 16 de abril, 2014

En la detección y la prevención de los delitos financieros no siempre se trata de tener todas las respuestas. Fundamentalmente, se trata de hacer las preguntas correctas.

Bethany McLean ha convertido el arte de hacer las preguntas correctas en una carrera exitosa. Preguntas a las personas adecuadas, en el momento adecuado. En 2001, McLean escribió un artículo para la publicación estadounidense Fortune titulado “Is Enron Overpriced?” (¿Está Enron Sobrevaluado?) y con este artículo fue una de las primeras en cuestionar una de las compañías mimadas de Wall Street en ese momento. Luego escribió un libro donde expuso la contabilidad fraudulenta y corrupción interna que llevó a la desaparición de Enron titulado “The Smartest Guys in the Room” (Enron, los Tipos que Estafaron América), en colaboración con Peter Elkind. Ese libro best-seller luego fue adaptado para convertirse en un documental nominado al Premio Oscar.

McLean, quien ahora es editora asociada de la revista Vanity Fair, también escribió un libro junto con el columnista del New York Times Joe Nocera sobre la crisis financiera de 2008. El libro, titulado “All the Devils are Here» (todos los diablos están aquí), examina las actitudes y la mala conducta que llevaron a la recesión, desde la crisis de las hipotecas subprime hasta las fechorías de Wall Street que tuvieron un efecto dominó a nivel mundial.

Daniela Guzmán, directora editorial asistente de ACFCS, habló con Bethany McLean sobre lo que ha aprendido al analizar esquemas de fraude y escándalos financieros.

ACFCS: Hola, estamos aquí con Bethany McLean, editora asociada de la revista Vanity Fair periodista financiera. Bethany escribió un artículo en marzo de 2001 titulado ¿Está Enron Sobrevaluado? Mientras trabajaba en la revista Fortune. Muchas gracias por estar aquí.

McLean: Muchas gracias por sus palabras.

ACFCS: ¿Puede decirnos cómo su artículo en la revista Fortune con un título tan discreto, se convirtió en su libro, en colaboración con Peter Elkind, que investigó y expuso la corrupción en Enron?

McLean: Claro. Muchas veces he bromeado que mi artículo debe ganar premios por el título más moderado de la historia porque “¿Está Enron Sobrevaluado?» era un eufemismo. En cierto modo, todo el asunto fue bastante sorprendente para mí. Yo era bastante joven e inexperta cuando escribí ese artículo. Creo que todos éramos bastante jóvenes e inexpertos, y creo que la idea en ese momento de que la séptima mayor empresa de Estados Unidos, esta empresa altamente reconocida como Enron era, o podía ser, un fraude – nadie lo hubiera creído. De modo que el texto que escribí cuestionó cómo Enron hizo su dinero y cuestionó algunas de sus presentaciones e información divulgada, pero si usted me hubiera dicho en ese momento que Enron quebraría en menos de un año, no lo hubiera creído, así que me sorprendió como a cualquier otra persona cómo se desarrolló la historia. La principal lección que aprendí con este artículo fue que no se puede necesariamente confiar en los porteros o “gatekeepers”. En otras palabras, escribí un artículo con un título más moderado de lo que podría haber escrito porque sabía que los contadores y el consejo de administración o junta directiva y los abogados habían aprobado una gran cantidad de cosas que parecían las más extrañas. Yo sabía que los bancos, algunos de los mayores bancos del país como JPMorgan financiaban a Enron, proporcionando dinero para ello. Y así, cuando tienes todos esos elementos, tú piensas, ¿pueden estar todos equivocados? Y , en realidad, sí, pueden estarlo.

ACFCS: ¿Podría describir lo que era la actitud frente a los escándalos de corrupción en el mundo financiero? ¿Veían las personas la realidad a través de lentes color de rosa?

McLean: Creo que había dos segmentos distintos, como siempre los hay. La mayor parte del mercado es una máquina gigante de querer comprar. Lo que quiero decir con esto es que todo el mundo ve a las acciones crecer en valor, y a las empresas obtener un resultado exitoso. Eso incluye los gestores de cartera que poseen las acciones, los analistas que se encargan de analizar las acciones—pero que en realidad por lo general tienen una recomendación de compra para éstas—, los inversionistas individuales que poseen acciones y quieren que crezcan en valor, y por supuesto la gerencia y administración de la empresa. Luego, del otro lado está ese pequeño segmento de los vendedores en corto, las personas que están apostando en contra de una acción por lo que quieren que disminuya su valor. Están poniendo su dinero en lo que están pregonando por lo que creen que las acciones van a perder valor. Y son los que no están viendo el mundo color de rosa, todo lo contrario. Ellos no siempre tienen la razón , ni mucho menos , pero están haciendo su tarea y resaltan marcas que otros están dejando pasar por alto Al final de la década de 1990 y principios de 2000, estábamos saliendo de este loco mercado alcista –salíamos del boom de las punto com donde empresas que no estaban haciendo dinero estaban viendo sus acciones subir a la estratósfera—, así que creo que todo el mundo había perdido el nivel de cuestionamiento normal con la excepción de los vendedores en corto que cuestionaban todo. El caso de Enron cayó en esta coyuntura. Creo que la compañía fue capaz de sobrevivir durante tanto tiempo porque las personas no hacían preguntas. Además de eso hubo y sigue habiendo mucha confianza en que las empresas son capaces de obtener los resultados financieros deseados.

Wall Street tiene a menudo objetivos de ganancias para una empresa y las empresas que alcanzan, o superan, en varias ocasiones esos estimados empiezan a ganarse la confianza de todos y Enron era un maestro en jugar ese juego, en mostrar ganancias que estuvieran algunos centavos por encima de las expectativas de Wall Street. Todo el mundo estaba feliz y había muy poco incentivo para cuestionar lo que estaba pasando.

ACFCS: Cuando hablamos de la fe ciega en estas maquinarias corporativas, ¿qué descubrió sobre las personas detrás de estos enormes sistemas cuando comenzó a reportar sobre el escándalo de Enron?

McLean: Uno piensa que estas historias son historias sobre números, pero son en realidad historias sobre personas y de alguna manera, la gente de Enron era bastante admirable. Ellos estaban tratando de hacer cosas nuevas e inventar nuevos mercados. En todas estas historias siempre hay cierto nivel de engaño y racionalización del mismo, nunca es tan simple como un par de ejecutivos de Enron que se sientan en un cuarto y dicen: «Bueno, a ver cómo estafamos a los inversionistas y llevamos a la quiebra de la empresa y salimos con millones de dólares», ese no es el plan. Comienza así: «Bueno, las cosas no van bien en este momento, pero por supuesto que vamos a estar bien en el futuro. Y si podemos llenar el vacío durante un par de trimestres y mantener el mercado y los inversionistas felices entonces el dinero se va a empezar a entrar”. Pero luego están los nuevos problemas y el dinero no comienza a entrar. La gente rara vez se fija la meta de cometer fraude, eso no quiere decir que no lo hacen a veces. Pero por lo general no es la historia detrás de esto. Y en cierto modo, Jeff Skilling y Ken Lay, los ejecutivos de alto rango de Enron eran personas realmente admirables, los dos se habían hecho a sí mismos desde abajo. A Jeff Skilling la gente lo solía describir como «incandescentemente brillante» porque tenía esta increíble capacidad de tomar estas ideas complejas y hacerlas parecer simples, brillantes y cautivadoras. Jeff tenía otra cualidad que la tengo muy presente en historias de negocios y en la vida, y es que él podía ser muy intimidante desde el puno de vista intelectual. Dividía al mundo en dos grupo, las personas que entendieron el mensaje y las que no. Casi todo el mundo ansiaba estar en su lista de personas que habían entendido el mensaje. Así que las personas pretendían haber comprendido el mensaje incluso cuando no lo habían hecho. Y se podría pensar que la gente estaría lista y dispuesta a decir «yo no lo entiendo», pero creo que lo curioso es que la gente más inteligente está menos dispuesta a decir «no entiendo», porque se enorgullecen de ser inteligente. Y si ellos no lo entienden no quieren correr el riesgo de parecer tontos, yo no quiero que me llamen al frente en una sala llena de gente y que se me diga que soy el que no entiende. Creo que es una dinámica muy interesante y algo de lo siempre soy consciente en mí mismo.

ACFCS: ¿Puedes hablarnos un poco sobre tu último libro “All the Devils are Here» (todos los diablos están aquí) y su relación con lo que pasó en 2008?

McLean:  “All the Devils are Here» fue un proceso muy diferente en el sentido de que se estaba indagando en lo que ya había sucedido en lugar de predecir lo que iba a pasar o tratar de escribir sobre lo que podría suceder. Mi coautor Joe Nocera y yo empezamos el libro en el otoño de 2008, cuando Wall Street estaba al borde de la quiebra y nos pasamos el próximo par de años profundizando en las décadas anteriores que habían creado la semilla de lo que se convirtió en la crisis financiera. Así que trabajamos hacia atrás en lugar de hacia delante, que es un proceso completamente diferente, en algunos aspectos más duros y en otros más fáciles de trabajar porque ya sabes el final. Pero yo diría, que ese punto que hice antes sobre el autoengaño y la racionalización, hay un montón de razones por las que no hubieron muchos juicios después de la crisis financiera, pero parte de esto es que se trataba de historias de seres humanos y la naturaleza humana, y es muy difícil llamar a lo que sucedió en la crisis financiera simplemente corrupción criminal porque hubo mucho autoengaño, racionalización , incompetencia absoluta, tal vez un poco de la banalidad y algo de corrupción – pero esta dinámica dificulta enormemente un caso criminal.

ACFCS: Cuando dices banalidad, ¿puedes explicar qué descubriste cuando investigaste algunos de estos casos de fraude de hipotecas y préstamos devastadores? ¿Qué estaba sucediendo en el día a día?

McLean: Creo que lo que realmente estaba sucediendo en el día a día es que todas las personas en la cadena tenían incentivos para lograr los números y mantener sus bocas cerradas y no ver ningún problema. Y lo que quiero decir con esto, es que desde los propietarios que querían una hipoteca, para comprar una casa y buscaban creer lo que los corredores de hipoteca les dijeran, hasta los agentes hipotecarios, a veces gente de poca experiencia financiera, ex camareros y repartidores de pizza que de pronto podían hacer tanto como un millón de dólares al año, solo por lograr colocar estas hipotecas, mintiendo a la gente, mintiendo sobre los ingresos de estas personas, hasta la propia compañía hipotecaria que podía ver los precios de las acciones subir efectuando tantas hipotecas como fuera posible y luego simplemente venderlas a un comprador y no ser responsable de si la gente podía pagarla o no, a los bancos y las empresas más grandes que podían incluir las hipotecas en paquetes de títulos valores y vender a los inversionistas para protegerse a sí mismos contra cualquier riesgo restante y deshacerse de estos instrumentos riesgosos vendiendo a los inversionistas que buscaban inversiones que ofrecían un rendimiento un poco más alto y se inclinaban a creer a la calificación de triple A de las agencias calificadoras. En casi todo el camino la gente estaba incentivada a hacer negocios, cerrar la hipoteca, simplemente lograr que se haga. Creo que cuando uno tiene un sistema en el que todo el mundo está incentivado a creer, es raro que no se vaya a algún extremo.[/private]