Ejecutivos de Siemens enfrentan cargos en Argentina en relación con un caso de corrupción de US$106 millones

[private]Fecha: 15 de enero de 2014
Por: Gonzalo Vila
En un caso que muestra claramente el mayor riesgo anticorrupción que las  compañías están enfrentando , un juez en Argentina ordenó el procesamiento de 17 gerentes actuales y anteriores de Siemens AG acusados de ayudar a canalizar más de US$106 millones en sobornos para ganar contratos en Argentina.
La acusación formal a finales del mes pasado se produce luego de una investigación de larga data en la Argentina que expone una vasta trama de sobornos que se extiende a la alta dirección del conglomerado de ingeniería alemán y su filial argentina.
En 1998, Siemens y sus subsidiarias en Argentina ganaron un contrato del gobierno para emitir documentos de identificación nacional y construir un sistema de control de las fronteras en Argentina, un acuerdo firmado por el entonces presidente Carlos Menem. Con el fin de asegurar el contrato, Siemens canalizó millones de dólares en sobornos durante varios años a los intermediarios que representaban a Menem.
En 2001, el sucesor de Menem, Fernando de la Rúa, anuló el contrato y ordenó una investigación. Siemens admitió haber pagado sobornos a funcionarios del gobierno argentino en relación con la obtención del contrato.
El ardid ya había representado un alto costo para Siemens. En 2008, la compañía se vio afectada con una sanción récord de US$800 millones por parte del Departamento de Justicia de EEUU por violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA), en relación con los pagos corruptos en Argentina. Cinco gerentes de Siemens también fueron acusados en EEUU por facilitar el soborno.
Esos mismos cinco gerentes ahora enfrentan cargos en Argentina, junto con otros doce que ayudaron a crear empresas fantasmas y falsificar documentos para ayudar a ocultar los sobornos.
La acusación pone de relieve una creciente tendencia mundial en el cumplimiento anticorrupción: el incremento de los casos llamados “copycat” o “procesamientos de imitación».

Los esquemas de corrupción, especialmente aquellos relacionados con las grandes empresas multinacionales por lo general son de un gran alcance internacional, con participantes y violaciones en varios países. Cuando las violaciones o los actos indebidos salen a la luz, las empresas y sus empleados enfrentan el riesgo ser acusadas por parte de varias agencias de aplicación en distintos países por las mismas violaciones.
Siemens utilizó una red global de compañías pantalla para canalizar los sobornos
La investigación en Argentina comparte muchos elementos en común con el caso de 2008 contra Siemens en EEUU. La compañía también recibió una multa de más de US$280 millones por parte de las autoridades alemanas en 2007 en relación con el esquema de soborno argentino.
La resolución de 337 páginas presentada por el juez Ariel Lijo señala que para la materialización de los pagos corruptos se probó la implementación de un sistema que justificó los egresos de grandes sumas de dinero por parte de Siemens y sus filiales a través de, entre otros métodos, la creación de un grupo económico relacionado con la empresa que brindó un conjunto de sociedades con las que Siemens firmó contratos ficticios por servicios que jamás le fueron brindados para poder canalizar los pagos corruptos.
Según se desprende de la investigación, los sobornos para obtener negocios eran una práctica establecida en la cultura empresarial,  declaraciones de directivos de Siemens durante la investigación en Argentina señalan que en una de las filiales se había formado una provisión de aproximadamente US$ 40 millones para cubrir las pretensiones existentes en Argentina.
Una mala noticia para Siemens mientras trata de distanciarse de la corrupción.
En la investigación en EEUU Siemens reconoció que entre los años 1998 y 2007 se pagaron directamente o a través de filiales, subsidiarias y unidades de negocios, a personas físicas y empresas, al menos US$ 106 millones relacionados con “Project ID” en Argentina.
La investigación en EEUU no se centró solo en actos corruptos en Argentina, aludió al pago de más de US$ 1.400 millones entre 2001 y 2004  en una gran cantidad de países que incluían pagos a sistemas de proveedores de transporte en Venezuela, equipos médicos en China, Vietnam y Rusia, equipos de energía en Irak e Israel, refinerías en México, y equipos de telecomunicaciones en Nigeria y Bangladesh.
Para Siemens, que está tratando de enterrar de una vez y para siempre todas las acusaciones sobre corrupción y sobornos en las que se vio involucrada en los últimos años, la decisión de la justicia argentina le cae como un balde de agua fría.
Luego de la acusación en 2008 en EEUU Siemens reformó su programa de cumplimiento en 2008. La compañía tomó los pasos para mejorar su programa anticorrupción y nombró a un nuevo oficial de cumplimiento para liderar las operaciones de cumplimiento de Siemens a partir de este mes.
Once países cooperaron para desenmarañar la operación de soborno
La investigación de la Justicia Argentina requirió la cooperación de una importante cantidad de jurisdicciones internacionales, incluyendo Alemania, Estados Unidos, Uruguay, Costa Rica, Panamá, Islas Caimán, Bahamas, Islas Canal, Islas Vírgenes Británicas, Emiratos Árabes Unidos y Suiza, lo que muestra el enorme alcance de los tentáculos del entramado societario y de transacciones que se formó para poder mover el dinero y esconder en capas el destino final de los fondos.
Los ejecutivos de Siemens utilizaron muchas cuentas financieras en diferentes países para canalizar los pagos corruptos, lo que dificultó enormemente la tarea de identificar el receptor final de los pagos, según el documento.
Uno de los elementos en la estructura de transacciones y pagos que llamó la atención fue que los pagos en los contratos de consultoría no fueron acordados en forma de honorarios por gastos, sino que se fijaron importes fijos y parcialmente escalonados, que evidencia que estos contratos de consultoría era solo instrumentos para liquidar pagos. También llamó la atención el hecho de que se encomendaran servicios de asesoramiento a empresas offshore desconocidas en relación con grandes proyectos de IT en otros países de América Latina como Brasil, Chile, México y Uruguay que habrían existido solo para justificar la emisión de pagos corruptos.
Connivencia empresarial
Además de la acusación por corrupción al grupo de empleados e intermediarios de Siemens el juez también señala que existió un acuerdo económico al que arribaron integrantes de la compañía alemana con integrantes de otro grupo económico de Argentina (SOCMA, compañía dueña de la compañía Itron) a cambio de que la principal competidora de Siemens en el proceso licitatorio, una Unión Transitoria de Empresas (UTE) liderada por  Itron, permitiera que Siemens It Services S.A. se adjudicara la licitación, sin efectuar impugnación alguna a pesar de haber obtenido mejores calificaciones para la licitación y a pesar de que la empresa Itron luego fuera vendida a Siemens a un precio muy superior a su valor real.
Agregando más dudas y sospechas al proceso licitatorio se sumó el hecho de que se incluyó a la compañía Correo Argentino –perteneciente al grupo SOCMA— como la empresa encargada de distribuir los documentos en todo el país para desplazar a la empresa original en el pliego licitatorio. Este cambio fue posible gracias a la autorización concedida por el Ministerio del Interior de la Nación.
Señales de alerta y estilos de vida opulentos
De acuerdo con declaraciones testimoniales de directivos de filiales de Siemens corrían rumores que directivos de la filial local de Siemens llevaban estilos de vida opulentos que podrían provenir de pagos irregulares.
Michael Kutschenreuter, quien se desempeñó como gerente comercial de una de las filiales de Siemens, presentó un escrito en el que hizo referencia a ciertas cuestiones vinculadas al “Proyecto DNI”. Reconoció que era un tema controvertido en el seno del directorio de la empresa en Alemania.
Después de las elecciones presidenciales de Argentina en 1999 que marcaron el fin de la gestión de Carlos Menem, dijo que otros ejecutivos de Siemens le hicieron saber que el proyecto estaba bloqueado y que no podía continuarse con su ejecución debido al cambio de administración.
En lo sucesivo, supo que fluyeron pagos al Ministerio del Interior del gobierno anterior y que el nuevo gobierno esperaba que se realizaran nuevos pagos.
Eso habría llegado a oídos de uno de los miembros del Directorio Central de Siemens en Alemania, Volker Jung, quien dijo que este país (Argentina) era peor que Irán porque si bien los iraníes eran corruptos por lo menos cumplían con su palabra, llevaban a cabo los proyectos y pagaban, mientras que los argentinos eran corruptos y además no eran confiables.
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