Dos años después de los Panamá Papers, los principales reguladores de la UE dicen que, por falta de acciones, no son culpables los bancos involucrados

Dado que este es el segundo aniversario de la publicación de los Panamá Papers, este es un momento apropiado para considerar cómo reaccionaron tres grandes jurisdicciones y la UE ante el escándalo. El informe preliminar de los documentos mostró que más de 500 bancos, incluidas sus subsidiarias, registraron casi 15.600 compañías fantasmas con Mossack Fonseca, la firma de abogados con sede en Panamá, que fue central en el escándalo pero que ahora se ha cerrado. La última estimación es que las autoridades fiscales a nivel mundial han recibido más de US$ 500 millones debido a la publicación de los documentos. Aquí hay algunas respuestas regulatorias:

–Reino Unido: después de que el Reino Unido formó un Grupo de Trabajo y consultó a unos 60 bancos durante más de dos años, ha habido pocos, si es que hubo algún, anuncios formales de medidas contra los bancos.

–Suiza: tras la publicación, tanto el Primer Ministro de Islandia, Sigmunder Davio Gunnlaugsson, como su homólogo en Pakistán, Nawaz Sharif, renunciaron debido a la participación de parientes cercanos en algunas de estas empresas extraterritoriales.

Las autoridades suizas pronto lanzaron su propia investigación tras la publicación de los documentos.

Pronto se reveló que una filial suiza de HSBC tenía vínculos con 733 fundaciones offshore nombradas en los documentos, mientras que, de manera similar, una unidad de UBS tenía enlaces a 579 entidades.

El regulador local Finma anunció a principios de este año que había concluido sus investigaciones de 30 bancos locales.

La aparente falta de acción regulatoria contra las instituciones suizas puede parecer sorprendente, dado que 80 bancos suizos llegaron a acuerdos de enjuiciamiento diferido con el Departamento de Justicia de EE.UU. por conocer y alentar a algunos contribuyentes estadounidenses a ocultar ilegalmente cuentas y activos de la agencia de rentas de EE.UU., en un curso sostenido de acción que, en algunos casos, se remonta a la década de 1980 y más allá.

–Alemania: la mayor economía de Europa, el regulador financiero local BaFin pronto anunció una investigación sobre los once bancos alemanes nombrados cuando se publicaron los documentos.

Al igual que Inglaterra, se dijo muy poco acerca de que los bancos fueran declarados culpables, multados o procesados.

En enero de este año, los alemanes anunciaron que no encontraron evidencia de infracciones sustanciales de las leyes contra el lavado de dinero por parte de ninguno de los bancos en cuestión.

–En toda la UE: aunque una amplia franja de bancos de la UE no fue castigada, el escándalo de Mossack Fonseca fue crítico para que el bloque abordara la falta de información sobre beneficiarios reales, requiriendo capturar esta información en bases de datos centralizadas y hacer pública esa información.

Información provista por KYC 360.