CICIG, la comisión que ataca con éxito la corrupción en Guatemala, recibe fondos extras y apoyo interno y externo

EE.UU. anunció que otorgará otros US$ 5 millones al organismo anticorrupción en Guatemala –apoyado por las Naciones Unidas—que jugó un papel clave en la reciente renuncia del presidente Otto Pérez Molina acosado por el escándalo de corrupción y quien ahora se encuentra preso a la espera de juicio.

La semana pasada anunció la subsecretaria de Estado de EE.UU., Heather Higginbottom, este nuevo apoyo contra la corrupción. La Cicig, Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, puede comenzar sus propias investigaciones, y trabaja en colaboración con el fiscal general de Guatemala para llevar a juicio casos en los tribunales locales; el personal, que incluye italianos que han luchado contra la mafia y expertos antilavado de dinero de Colombia, proviene de 20 países.

Iván Velásquez, el fiscal colombiano que dirige Cicig, dice que la agencia tiene la libertad de actuar, ya que no tiene vínculos locales. La agencia no tiene vínculos con empresarios, militares, jueces, o legisladores, lo que le da mucha libertad de acción. EE.UU. es el mayor contribuyente a Cicig y desde 2008 ha invertido más de US$36 millones en la comisión, cuyo propósito es terminar la generalizada corrupción en Guatemala. El trabajo de Cicig ha “mostrado resultados tangibles” y ha “mostrado que nadie está por encima de la ley”, señala el Departamento de Estado de EE.UU. en un comunicado de prensa.

Cicig ha presentado casos contra el derrocado presidente Pérez Molina, la ex vicepresidenta Roxana Baldetti, jefes del banco central, de aduanas y la agencia tributaria, y un juez. La mayoría, incluido el presidente, han negado haber cometido acciones indebidas.

Desde que comenzó a trabajar en 2007, más de 200 investigaciones de la CICIG han llevado a cargos contra más de 160 actuales o ex funcionarios gubernamentales, entre ellos el ex presidente Alfonso Portillo, varios ex ministros de Defensa y del Interior, así como los ex directores de la Policía Nacional, generales retirados, políticos, empresarios, narcotraficantes y sicarios. Casi todos fueron condenados. Portillo fue absuelto en Guatemala del robo de fondos del Ministerio de Defensa, pero se declaró culpable en Estados Unidos de cargos relacionados con el lavado de dinero y pasó casi seis años de prisión en ambos países.

Lo que la Cicig ha hecho en sus ocho años no se compara con los importantes resultados que ha obtenido en los últimos meses. En abril, dio a conocer la existencia de un ardid en el que empresas supuestamente pagaron sobornos a funcionarios corruptos, a cambio de derechos de importación más bajos. En ese momento, la Cicig dijo que el plan fue orquestado por el secretario personal de la vicepresidente. La vicepresidenta renunció y luego fue arrestada. El secretario personal, un ex oficial del ejército de El Salvador, se encuentra prófugo.

Al mes siguiente, la policía arrestó a 17 funcionarios del gobierno en relación con una supuesta trama de soborno descubierta por Cicig en el instituto de salud pública del país que otorgó a una empresa extranjera sin experiencia un contrato para hacer tratamiento de diálisis ambulatoria.

Todos los miembros de la junta directiva del Instituto fueron arrestados, incluido el jefe del banco central, el decano de la facultad de medicina más grande del país, y el director del Instituto Juan de Dios Rodríguez, que intentó evitar su captura internándose en una clínica privada alegando reflujo gástrico, señalaron en su momento los fiscales, sin embargo, Rodríguez, un ex oficial del ejército, fue arrestado.

El Departamento de Estado de EE.UU. señala que la Cicig es importante para el pueblo de Guatemala, la región y Estados Unidos. Para los ciudadanos de Guatemala, “Cicig ha tenido un gran impacto, ya que ha ayudado a terminar con los saqueos que han privado al estado de los recursos y la credibilidad para dirigir la nación, y de su capacidad para promover con eficacia el estado de derecho. El éxito y la estabilidad de Guatemala son de gran importancia para la región, ya que es el país más poblado de América Central y un motor económico importante para sus vecinos. Estados Unidos tiene un interés fundamental en la propagación de la estabilidad, la prosperidad y el estado de derecho. Hoy en día más de un millón de personas de origen guatemalteco viven en Estados Unidos, con más de US$ 10.000 millones en comercio entre ambos países”, señala el comunicado del Departamento de Estado.

“El nuevo compromiso anunciado por la subsecretaria Higginbottom reafirma el apoyo de Estados Unidos a Cicig y su misión. El pueblo de Guatemala ha sufrido bastante de la codicia, la corrupción y el fraude, y merece un gobierno honesto, capaz, confiable y responsable. El trabajo sin precedentes de la Cicig está ayudando a lograr ese resultado. Esta inversión continua por parte de Estados Unidos en la Cicig refleja nuestra creencia de que seguirá para fortalecer las instituciones de Guatemala, y seguirá siendo un catalizador esencial de la reforma a medida que Guatemala continúa su transición hacia un gobierno abierto y responsable”.