Swiss Leaks: el escandalo crea muchas dudas sobre las reformas en el cumplimiento bancario y la realidad de la transparencia financiera

Por Daniela Guzmán
12 de febrero de 2015

Expertos en cumplimiento ALD señalan que dentro del universo de segmentos de negocios dentro de una entidad financiera, la unidad de banca privada es sin duda la que merece el nivel más alto de escrutinio.

Chris Focacci, experto en ALD, ex banquero privado y fundador de AML Source dice que la unidad de banca privada requiere un mayor nivel de diligencia debida y de protocolos conozca a su cliente (KYC) al momento de abrir una cuenta o entablar una relación y de un robusto programa de monitoreo, especialmente debido a la naturaleza de los clientes.

«En la banca privada hay individuos de grandes patrimonios y empresas, fideicomisos, entidades y estructuras corporativas que pueden ocultar la titularidad», dijo Focacci.

HSBC, una de las instituciones financieras más grandes del mundo, con una unidad de banca privada de 150 años de antigüedad buscada por los millonarios en todo el mundo, decidió asumir el riesgo y el negocio del cliente.

Según “Swiss Leaks”, una catarata de información que se dio a conocer por primera vez esta semana, HSBC ha estado ocultando dinero no declarado, y algunas veces ilícito, durante años hasta el año 2007, cuando contaba con US$100.000 millones en activos.

El caso HSBC parte de un tema mucho más complejo y arraigado. A pesar de los esfuerzos globales para impulsar el intercambio de información financiera y la transparencia corporativa, todavía existen bastiones de secretismo bancario en todo el mundo, ofrecidos por instituciones financieras, países y jurisdicciones, y una base de clientes de alto poder adquisitivo dispuestos a utilizarlos.

Expertos estiman que unos US$7,6 billones se encuentran en paraísos offshore en el extranjero, lo que le cuesta a las arcas de los estados por lo menos US$200.000 millones por año.

El bueno, el malo, y el rico

En 2008, un empleado de HSBC salió de la compañía con el tesoro más grande robado en la historia del banco: cinco discos de la información confidencial.

Herve Falciani es el denunciante / ladrón que filtró los datos del banco a gobiernos y periodistas de todo el mundo, que llevó a un aluvión de interrogantes sobre las actividades del banco.

«Los bancos como HSBC, han creado un sistema para hacerse ricos a costa de la sociedad, y en este proceso ayudan a evadir impuestos y lavar dinero», señaló Falciani en una entrevista en julio de 2013, con la publicación Der Spiegel.

Según la información, publicada en un análisis realizado por el Consorcio Internacional de Periodistas Internacionales (ICIJ) el domingo pasado, la unidad de banca privada de HSBC Holdings PLC manejó cuentas –muchas secretas y no declaradas ante las autoridades impositivas— durante años para unos 100.000 clientes en 200 países.

El documento presentado por ICIJ sugiere que la división de banca privada de HSBC facilitaba la evasión y elusión fiscal, lo que iba en contra de la propia política de la institución de cumplimiento legal y normativo. HSBC en un primer momento insistió en que ICIJ destruyera los datos.

El documento también revela algunos detalles más preocupantes: algunas de esas cuentas pertenecían a presuntos terroristas, narcotraficantes, comerciantes de diamantes de sangre demás y actores ilícitos.

El dinero sucio depositado en las impolutas bóvedas del banco suizo pasó inadvertido durante años, hasta ahora.

Según la filtración, empleados del banco permitieron a los clientes mantener sus cuentas a pesar de evidencia que sugería que éstas no estaban declaradas ante las autoridades fiscales en el país de origen del cliente. En comunicación con los clientes incluso se habló cómo se podía evitar impuestos a través de la creación de corporaciones offshore.

Una carta de febrero de 2005 para los clientes por parte del director de operaciones de la división de banca privada en Suiza de HSBC, Colin Wyss, y el jefe de impuestos del banco, Denis Soussi, ilustra ese mantra, «Usted debe ser consciente de las diferentes opciones que existen para atenuar el efecto económico de este impuesto».

“Los estándares eran mucho más bajos que en la actualidad”, dice HSBC.

Frank Morra, el director ejecutivo (CEO) de la filial suiza de HSBC, dijo en un comunicado que la nueva dirección había cerrado las cuentas de clientes que «no cumplían con nuestros altos estándares», de acuerdo con la declaración escrita del banco a los medios de comunicación:

“HSBC Global Private Banking y en particular la banca privada en Suiza han experimentado una transformación radical en los últimos años…En el pasado, la industria de banca privada en Suiza operaba muy distinto a como lo hace ahora. Las operaciones de banca privada, incluyendo la de HSBC, asumía que la responsabilidad por el pago de impuestos recaía sobre los clientes individuales, en lugar de las instituciones que les abrían las puertas”.

La declaración elogia los cambios normativos en todo el mundo para mejorar el intercambio de información, como por ejemplo la ley FATCA, el Common Reporting Standard de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, y otros acuerdos impositivos bilaterales que previenen que se escondan activos de las autoridades.

Según el banco, se produjo un enorme cambio en la estructura de cuatro divisiones comerciales de HSBC, incluyendo la banca privada.

Parte de este cambio fue el desarrollo de una política de transparencia fiscal en 2012 y la promesa de cerrar cuentas y rechazar negocios cuando la unidad tenga motivos para creer que el cliente o potencial cliente no está en pleno cumplimiento con las obligaciones tributarias.

Focacci de AML Source dijo que si bien las divisiones de banca privada cuentan con una importante auditoría, funcionan en forma separada y segmentada.

Mientras que los bancos se esfuerzan por contar con estrategias de cumplimiento para toda la institución, cada unidad funciona técnicamente como una operación independiente. En una unidad de negocio de banca privada hay una separación clara entre la atención al cliente y la función de cumplimiento.

«Los banqueros son básicamente vendedores y luego hay una función que realiza el conocimiento del cliente y la debida diligencia del cliente que determina el nivel de riesgo del cliente”, explica Focacci.

Señala que hay muchos niveles de auditoría una vez que se acepta a un cliente, pero que es difícil saber si HSBC no percibió las irregularidades o ayudó a sus clientes a evadir impuestos.

Sin embargo, la oportunidad para obtener nuevos clientes de alto poder adquisitivo pesa muy fuerte. “¿Vale la pena correr el riesgo para realizar negocios con estos clientes?, para el banco probablemente sí”, señala Focacci.

Dado que la actividad divulgada por la investigación se detiene en 2007, no está claro si lo que el banco argumenta que fue una «reestructuración completa de todo su negocio de banca privada» es una realidad. Las estadísticas muestran que los negocios de banca privada en HSBC disminuyeron por lo menos en dos terceras partes, cerrando cuentas con clientes de muchos países.

En 2007, las operaciones de banca privada en Suiza manejaban US$118.400 millones. A finales de 2014, los activos totales eran de US$ 68.000 millones. HSBC con sede en Londres opera en más de 70 países y cuenta con unidades de banca privada en Ginebra y Zurich.

Reacciones del gobierno

El banco enfrenta amenazas de acciones penales e investigaciones gubernamentales, y no es la primera vez que HSBC se ha enfrentado a la ira gubernamental por los malos manejos financieros relativos a la delincuencia.

En 2012, HSBC evitó una persecución penal al aceptar pagar más de US$ 1.900 millones para resolver investigaciones penales y civiles y firmó un acuerdo de cinco años tras acusaciones de haber facilitado el lavado de dinero para carteles mexicanos de la droga y de haber incumplido el régimen de sanciones de EEUU.

El banco ha estado bajo monitoreo para asegurar mejoras en sus controles ALD. Si se encuentra que HSBC ha incumplido los términos del acuerdo podría enfrentar otra ronda de sanciones o período prolongado de remediación. La candidata propuesta a Fiscal General de EEUU, Loretta Lynch, dijo que la nueva evidencia de evasión fiscal podría provocar una nueva investigación y un posible acción penal, en un comunicado.

Suiza por otra parte, está tratando de procesar a Falciani, pero no al banco. El efecto de las filtraciones es de largo alcance, a medida que los gobiernos en España, Irlanda, India, Dinamarca y demás naciones buscan expandir sus propias investigaciones fiscales a la luz de la información que surge del Swiss Leaks, según declaraciones públicas e informes publicados.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Agencia de Rentas (IRS) han utilizado previamente las sanciones financieras y la amenaza de enjuiciamiento penal para presionar a otros bancos suizos, tales como UBS y Credit Suisse, para que provean los nombres de miles de clientes que evitaron o evadieron impuestos con la ayuda de los servicios de los bancos.

Europa busca medidas más agresivas contra la evasión fiscal

En Europa, los conceptos de transparencia en el beneficiario final y los regímenes de sanciones han sido defendidos durante años. Sin embargo, el secreto fiscal sigue siendo un problema con el que tienen que lidiar los responsables políticos de la Unión Europea a medida que buscan equilibrio entre una mayor transparencia y tradiciones de secretismo bancario en muchos países.

Vanessa Mock, vocera de la Comisión de la Unión Europea, señaló que las revelaciones confirman que el secreto bancario sigue siendo una alternativa elegida para evitar los impuestos.

En un comunicado, Mock señaló que la Unión Europea inició un plan de acción en el año 2012 que incluía más de dos docenas de medidas para combatir más eficazmente el fraude y la evasión fiscal. Un objetivo central sería erradicar las cuentas bancarias secretas, cuya implementación se espera que se ocurra a más tardar para el año 2018.

Organizaciones de vigilancia creen que el secreto bancario ayuda en el drenaje de fondos públicos

Para las organizaciones independientes que lideran la lucha contra la evasión y la corrupción, las revelaciones no son una sorpresa, confirman que la opacidad en el sistema financiero global continúa permitiendo el secretismo de los paraísos fiscales, el anonimato corporativo, el lavado de dinero a través de comercio internacional, y otros delitos que drenan aproximadamente US$1.000 millones por año de las economías en desarrollo y emergentes.

La cifra, según Global Financial Integrity (GFI), una organización que promueve la transparencia, es más de lo que los países en vías de desarrollo reciben de la inversión directa extranjera o de ayuda extranjera.

«Si bien las filtraciones exponen una cultura de corrupción en HSBC, parece injusto destacarla a esta altura», señaló Joshua Simmons asesor de política de GFI. «Desde Credit Suisse, pasando por UBS, BNP Paribas y Standard Chartered, parece que casi todos los principales bancos se encuentran bajo investigación o sujetos a acuerdos por participar en delitos financieros graves».

Simmons señaló que HSBC reconoció que en 2012 permitió que US$200 billones–casi tres veces el producto interno bruto de EEUU – fluyeran a través de su oficina en Nueva York durante un período de tres años sin aplicar los controles obligatorios ALD.

«Sin embargo, ni un empleado o ejecutivo del banco ha sido procesado en ninguno de estos casos. Hasta que el Departamento de Justicia de Estados Unidos y reguladores financieros en todo el mundo comiencen a hacer responsables a los individuos por sus acciones, vamos a seguir viviendo en un Lejano Oeste financiero».

Suiza ha negociado con la Unión Europea el tema de impuestos para el ahorro, conocida como la Directiva Europea sobre el Ahorro, Implementada en 2005, junto con la OCDE y el Estándar Global de Intercambio Automático de Información de Cuenta Financiera del G20.

Sin embargo, los acuerdos para el reporte no son a prueba de balas, señala el Director de Coalición para la Transparencia Financiera Porter McConnell.

«Va a haber grandes lagunas en los estándares comunes de informes, especialmente en áreas como bienes raíces, joyas y arte dado que la norma no incluye activos duros», dijo.

A la luz de las filtraciones de HSBC, McConnell señala que es evidente que se debe hacer más a nivel nacional e internacional para anular la oscuridad y permitir que esa información se mueva más libremente.

“Las corporaciones cuentan con actas constitutivas y obtienen el permiso de los gobiernos para operar, tienen la responsabilidad para con los ciudadanos de esos gobiernos de presentar la información apropiada”, dijo McConnell.

“Todos tienen sus papel, hay actores buenos y malos, la transparencia financiera puede ayudar a todos a conocer las reglas de la ruta”.