Las autoridades apuntan sus armas a los individuos y desafíos de cumplimiento en las firma más pequeñas

Por Brian Monroe
27 de octubre de 2015

En los últimos dos meses, el principal organismo de autorregulación del sector de los valores de Estados Unidos ha estado persiguiendo cada vez más a los individuos, en particular los encargados de la supervisión de los programas de cumplimiento, de acuerdo con un análisis de algunos documentos.

La Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA), en sus dos últimos informes disciplinarios que abarcan septiembre y octubre, ha sancionado a cinco empresas y casi una docena de personas por lavado de dinero y otras fallas de supervisión. De estos individuos, seis se desempeñaban como jefe u oficial de cumplimiento.

Las recientes medidas tomadas por la FINRA siguen una tendencia que está ganando impulso en los últimos años de los reguladores federales y estatales encargados de examinar las instituciones financieras – incluyendo bancos, negocios de servicios monetarios, casinos y otras entidades sujetas a normativas ALD – perseguir con más agresividad a los individuos en el caso de fallas de cumplimiento importantes y aplicar las correspondientes sanciones monetarias.

En el caso de mayor resonancia en agosto, Finra multó a la firma Aegis Capital con US$950.000 por la venta de acciones de poco valor (penny stocks) e infracciones ALD, incluyendo a Charles Smulevitz y Kevin McKenna, quienes se desempeñaron sucesivamente como jefe de cumplimiento y oficial de cumplimiento al momento de las violaciones, y fueron suspendidos 30 y 60 días, y recibieron multas de US$5.000 y US$10.000, respectivamente.

«Todo el mundo está preocupado por la responsabilidad personal», dijo Chris Focacci, director de información, en TransparINT, una empresa de tecnología de cumplimiento, y ex oficial de cumplimiento de varios bancos nacionales e internacionales de gran tamaño.

En términos generales, en un banco de gran tamaño, la gran mayoría de los profesionales dentro del equipo de cumplimiento no «tiene nada de que preocuparse» si están haciendo sus mejores esfuerzos y si cometen errores relativamente menores, dijo, e indicó que los reguladores y los investigadores están detrás de individuos a un «nivel muy alto que están cometiendo actividades notoriamente desacertadas».

Pero esa dinámica puede cambiar para un jefe de cumplimiento en una casa de corretaje o banco más pequeño que está encargado de cumplimiento a la vez que debe cumplir otros deberes y responsabilidades, dijo Focacci.

«Cuanto más grande sea la institución, las funciones de cumplimiento se encontrarán más aisladas en sus mundos», dijo. «En un banco grande, hay, literalmente, tal división de trabajo que el vigilar si los nombres aparecen en alguna lista de sanciones puede la única tarea de un puesto. Pero mientras más pequeña sea la organización, más responsabilidad tendrá la persona de cumplimiento y más cosas tendrá que hacer», dificultando, por ejemplo, la mejora de los procedimientos de detección y prevención de la delincuencia financiera.

En el caso de Aegis, FINRA encontró que la firma, así como Smulevitz y McKenna, como oficiales de cumplimiento, “no implementaron adecuadamente los programas de cumplimiento de la firma, luego de fallar para detectar e investigar, en un criterio de razonabilidad, las señales de alerta indicativas de posibles actividades sospechosas”.

Específicamente, la firma no investigó los depósitos de títulos valores que no estaban registrados, seguido de la venta de los mismos.

Esto a veces sucedía a veces en el mismo momento en que ocurría actividad promocional sospechosa y que representaban un gran porcentaje del volumen de negociación diario, y las transferencias de los ingresos resultantes fuera de las cuentas, poco después de las liquidaciones, según FINRA.

«Estas fallas evidencian el sistema inadecuado de la firma para detectar, investigar y, de corresponder, presentar un informe de actividad sospechosa a FinCEN», señala el regulador.

«Las empresas que abren sus puertas a los liquidadores de acciones de poco valor (penny stock) deben contar con sistemas y procedimientos eficaces para garantizar el cumplimiento estricto de las normas de registro y obligaciones de cumplimiento, dado el riesgo importante de fraude de los inversores y manipulación del mercado», dijo Brad Bennett, vicepresidente ejecutivo de FINRA y jefe de cumplimiento.

«Los oficiales de cumplimiento sancionados en este caso eran responsables directos de supervisar la venta de valores restringidos, pero no llevaron a cabo una fiscalización significativa de señales que podrían haber indicado que las ventas podrían una distribución ilícita de acciones no registradas».

Otras acciones de FINRA contra oficiales de cumplimiento:

Dominick Anthony Del Duca: no podrá vincularse con ningún miembro de FINRA en ninguna capacidad como principal durante 75 días.

Sin admitir o negar las acusaciones, Del Duca aceptó la sanción y los hallazgos de que mientras se desempeñaba como oficial de cumplimiento, no se logró establecer y aplicar un sistema de control, incluyendo los procedimientos por escrito, armados a la medida de la línea de negocio principal de la empresa de extender el acceso al mercado directo (DMA) para los comerciantes activos nacionales y extranjeros, incluidas las instituciones financieras extranjeras.

Los resultados indicaron que las medidas de la firma no estaban diseñadas para identificar actividad sospechosa o manipulación en las transacciones. En particular, la dependencia de una revisión manual en tiempo real por parte del director para detectar actividad sospechosa era totalmente irrazonable dado el número y frecuencia de los pedidos de los clientes de DMA por día.

Robert Rabinowitz: recibió una multa de US$15.000 y no puede asociarse con ningún miembro de FINRA durante 30 días. Sin admitir ni negar las acusaciones, Rabinowitz aceptó las sanciones y reconoció que como oficial de cumplimiento de la firma no estableció ni implementó un programa ALD en la compañía.

Los resultados indicaron que Rabinowitz no pudo detectar, investigar ni responder adecuadamente a varias señales de alerta que sugerían potencial actividad sospechosa asociada con las liquidaciones de títulos valores de bajo precio que podría haber requerido la presentación de un informe de actividades sospechosas.

Puede haber momentos cuando “tú eres un profesional de cumplimiento y te estás ocupando de otras áreas”, señala Focacci, y añadió que esto puede suceder en operaciones más pequeñas como bancos regionales, cooperativas de crédito y otras entidades sujetas a obligaciones ALD, como corredores de bolsa y firmas de corretaje.

Las infraccione de cumplimiento que señalan los examinadores de FINRA son «cuestiones muy básicas», apunta Focacci, tales como identificar las señales de alerta más evidentes de fraude, incluyendo aquellas que involucran a las penny stock, la adecuada debida diligencia., o incluso la identificación y clasificación de los clientes de mayor riesgo.

“Estos son errores flagrantes que no se pueden cometer en estos tiempos” sin importar el tamaño de la firma, agrega.