EL GAFI urge a la comunidad internacional para que imponga más presión para acabar con el Estado Islámico

Por Brian Monroe
5 de marzo de 2015

El eje del plenario del Grupo de Acción Financiera Internacional giró en torno a la problemática del financiamiento del terrorismo, un dato significativo que se relaciona directamente al atentado cometido en París, cuando personas armadas ingresaron a las instalaciones del semanario francés Charlie Hebdo, dejando un saldo de 11 muertos y varios heridos.

La agenda quedó marcada desde el inicio del plenario cuando el ministro francés de Hacienda y Cuentas Públicas -Michel Sapin- felicitó al GAFI por su rol en la lucha contra el terrorismo, instando a sus miembros a continuar con su labor para interrumpir las técnicas de financiación del terrorismo «más complejas y opacas». Asimismo se hizo hincapié en el llamado de los ministros de Finanzas del G20 al GAFI para intensificar la lucha contra este fenómeno.

El GAFI pide a sus miembros y a los y grupos regionales afines que apuntalen sus leyes contra el terrorismo con la intención de identificar y confiscar mejor los activos relacionados con grupos terroristas en particular con el Estado Islámico, un esfuerzo que podría ser vital para derribar los pilares que lo sustenta.

Las recomendaciones se presentaron en un informe de casi 50 páginas publicado la semana pasada por el GAFI que detalla las extensas redes de apoyo del Estado islámico y qué posibles acciones podrían tomarse para desmantelarlo.

Los detalles, casos de estudio y análisis en el informe ayudarán a los investigadores, personal de cumplimiento y reguladores hacer una conexión con seguidores directos e indirectos del EI, aunque el GAFI enfrentará la resistencia de algunos países que se mostrarán irritados de que se les diga que pueden llegar a estar infiltrados por terroristas y que, en principio, no quieren verse alineados con el mundo occidental.

El GAFI decidió emitir el informe para ayudar a los investigadores y las jurisdicciones a erradicar el Estado Islámico, un grupo bien financiado y extremadamente violento que se ha apropiado de amplias zonas en Irak y Siria y ha asesinado a cientos de soldados y civiles, y en muchos casos ha subido las brutales ejecuciones a Internet.

Las recomendaciones podrían ayudar a mejorar el descubrimiento de activos de EI, pero el GAFI no tiene manera de obligar a los países a mejorar las defensas contra el terrorismo y sancionar a los países o regiones que no se suman a la iniciativa, dijo Marilyn Bruno, ex funcionaria del Departamento de Estado de EE.UU. responsable del desarrollo e implementación de programas contra delitos financieros.

«El GAFI no tiene fuerza para imponer sanciones formales», tales como la designación de una persona o entidad, sino que debe confiar en los miembros y países alineados para que mejoren sus defensas y estrategias así existe una respuesta más global para perseguir a cualquier persona involucrada en actos terroristas del EI.

Pero para realmente «ir detrás de las redes internacionales de ayudar a ISIS, debe tener un buy-in internacional», dijo Bruno. «De lo contrario, no funcionan. Eso es difícil porque hay una gran cantidad de escepticismo entre el resto del mundo acerca de organizaciones como el GAFI e incluso las Naciones Unidas y su sistema de designación».

Pero para realmente «ir detrás de las redes internacionales que ayudan al EI, se debe contar con un compromiso internacional», dijo Bruno. «De lo contrario, no funciona. Eso es difícil porque hay mucho escepticismo en el resto del mundo acerca de organizaciones como el GAFI e incluso las Naciones Unidas y su sistema de designación».

El informe señala que la financiación del EI proviene de innumerables fuentes, incluyendo el producto de robos del territorio que ocupan.

El informe pone de relieve la extorsión y el robo a la población y a negocios, el saqueo de bancos, la extorsión y el tráfico de seres humanos, el control de las industrias del petróleo, la energía y extractivas, extorsión en la agricultura, la creación de impuestos ilegales y los aranceles sobre las mercancías que salen de los territorios ocupados, donaciones a organizaciones sin fines de lucro y el soborno de investigadores del gobierno.

Además, algunas de las tácticas de financiación empleados por el EI «no han sido evaluadas por el GAFI,» tales como el pedido de sobornos por mercancías en regiones controladas, el movimiento de dinero en efectivo en grandes cantidades desde las regiones controladas por EI a jurisdicciones cercanas para introducirlo en el sistema financiero internacional o para que sea enviado a seguidores y que apoyen el financiamiento de estrategias en el exterior.

El GAFI también se muestra preocupado sobre cómo los fondos se están moviendo a través de los sistemas no bancarios, como los transmisores de dinero, casas de cambio y hawala, y cómo ciertas empresas también podrían estar actuando como pantallas para el EI o simplemente ayudar al grupo a lavar dinero.

Incluso con tantos afluentes de financiación, las «redes financieras, logísticas y de abastecimiento son vulnerables», dijo el GAFI en el informe, añadiendo que el enfoque de los grupos de investigación a nivel mundial debe estar apuntado a los partidarios, seguidores indirectos, sobre todo en los sectores del petróleo, tales como los intermediarios, compradores, transportistas y comerciantes.

El informe presenta “muy buenos ejemplos y casos de estudio que proveen una visión muy clara de la naturaleza del problema, un problema que es realmente difícil y desafiante», dijo Peter Margulies, profesor de derecho en la Universidad Roger Williams, que estudia actos terroristas.

La sensación entre los analistas, investigadores del gobierno y una cuestión que se repite en el informe es que para cortar las cadenas financieras del EI, la estrategia tiene que ser coordinada y debe provenir de muchos frentes, dijo, incluyendo las operaciones militares para expulsarlos físicamente y tambien incluir medidas más agresivas por parte de los investigadores y los oficiales de cumplimiento para identificar las finanzas relacionadas con el grupo.

El informe cuenta con casos de estudio, que muestran que los bancos todavía son parte del ciclo de financiamiento del EI

En un ejemplo, que se basa en «información financiera confidencial,» partidarios de EI utilizaron una tarjeta de una cuenta bancaria en Estados Unidos para retirar fondos de los cajeros automáticos «cerca de donde EI opera,» una señal de alerta para profesionales en el área de cumplimiento.

El informe señaló que todavía hay conexiones entre ciertos bancos en Irak y Siria con instituciones que tienen acceso al sistema financiero internacional, aunque muchas de las conexiones directas más evidentes han sido cortadas.

En una situación más riesgosa se encuentran los remitentes de dinero y las casas de cambio, que en algunos casos están actuando de una manera similar a hawaladars, participando en transferencias a otros países, pero solo en papel, y haciendo la efectiva cancelación de fondos en una fecha posterior para ofuscar la pista financiera, según el informe.

Por ejemplo, es «esclarecedor» ver cómo el informe detalla cuánto apoyo proviene de lugares que no tienen señales de alerta formales asociadas, tales como las redes sociales, la financiación a través de Internet y multitud de portales de financiación y a través de la enorme variedad de posibilidades con la combinación de estas avenidas, tales como organizaciones de caridad en línea y extranjeras, señala Margulies.

El informe también «pone más presión sobre las instituciones financieras para que muestren que están realizando una debida diligencia reforzada» en torno a las entidades y operaciones ilustradas en el informe.

Además, al adoptar un enfoque más proactivo, algunos bancos de Estados Unidos e internacionales pueden optar por realizar investigaciones más profundas de sus corresponsales en la región para determinar si también han leído el informe y están poniendo en práctica las recomendaciones, dijo Margulies.

El GAFI también probable esté considerando qué presión puede imponer a través de asociaciones, principalmente con las jurisdicciones miembro, a pesar de que no puede imponer sanciones monetarias o designar individuos.

Para complicar el proceso para que el GAFI presione a los países para que designen con más libertada a individuos y organizaciones es que existen diferentes definiciones de lo que se considera un grupo terrorista. Por ejemplo algunos países señalan que Hamas y Hezbolá son grupos terroristas, pero otros afirman que son solo partidos políticos.

Pero en el caso de EI, incluso los países con puntos de vista muy conservadoras del Islam han declarado que el grupo es terrorista. El GAFI señala que la mejor manera para recortar el apoyo a EI es “reduciendo el territorio que el grupo tenga para operar”, señala Bruno.

“La principal fuente de financiación proviene de los saqueos de los bandos y negocios en las regiones que controla y la imposición de obligaciones tributarias para la población. Reducir el área es una buena idea, pero esa es una operación militar, no es algo que el GAFI pueda hacer”.