Multa de US$1.500 millones contra banco alemán muestra frustración y desconfianza de EEUU

Por Brian Monroe
1 de abril de 2015

La multa de casi US$ 1.500 millones contra el banco alemán Commerzbank por significativas falencias en el campo de la delincuencia financiera se destaca por algo más que el peso del acuerdo y plazos muy ajustados.

La acción legal también es significativa, ya que muestra la desconfianza en el liderazgo de la institución, y hace responsable al presidente ejecutivo por el progreso en el asunto.

Esta estrategia, que es una medida que no tiene precedentes por parte del gobierno de EE.UU., busca poner presión a un grupo bancario monolítico para que mejore su mensaje desde la cúpula ejecutiva y asegure que el mismo se haga sentir en toda la organización.

Esta acuerdo de procesamiento diferido –deferred prosecution agreement (DPA)—de US$1.450 millones entre reguladores estatales y federales, investigadores y Commerzbank, con sede en Francfort, es producto de la decisión de la organización financiera de hacer negocios con entidades y regímenes prohibidos y una gran compañía óptica japonesa, Olympus, que participó de un enorme fraude contable.

El banco optó por seguir haciendo negocios con esas entidades potencialmente ilícitas en muchos casos, incluso después de que miembros del personal señalaran que estas prácticas podrían ser ilegales y los investigadores externos afirmaran que el banco podría estar violando las reglas del Departamento del Tesoro estadounidense por «stripping» (manipular/alterar) información en los giros, transferencias vinculados a Irán y Sudán para que pudieran pasar a través de los filtros de sanciones en la sucursal de Nueva York.

Como parte del acuerdo, el gobierno instaló un monitor que informará sobre los avances en relación con el cumplimiento del DPA cada 90 días y requisitos adicionales. Funcionarios estadounidenses también están requiriendo que el presidente ejecutivo del banco rubrique que las medidas requeridas se están llevando a cabo.

La resolución es «una especie de esquizofrenia», dijo Michael Volkov, un ex fiscal federal ahora jefe de una firma legal con sede en Washington que se especializa en el cumplimiento e investigaciones civiles y criminales.

Los diversos principios son «los más duros que he visto» en un DPA relacionado con sanciones y cumplimiento ALD, a pesar de que ha habido sanciones mayores en acuerdos anteriores, dijo. «El gobierno está claramente frustrado y molesto por la cultura de cumplimiento en el banco y hay una desconfianza» de que el banco no será capaz de cumplir con sus obligaciones para mejorar los controles y lograr mayores descubrimientos.

«El gobierno dice, sí, le daremos el DPA y usted no tiene que declararse culpable y nadie está acusando a individuos, pero cuando lo lees, algunos de los términos del contrato no tienen precedentes», dijo Volkov, que apunta a que los funcionarios del gobierno no solo obligan a un monitor, sino que la persona debe informar sobre los avances cada 90 días durante tres años.

Ningún otro acuerdo en el pasado requiere que el presidente ejecutivo o CEO “rubrique con su firma”—no una copia ni sello de goma—“el hecho de que todas las mejoras y medidas de cumplimiento se han realizado”, señala Volkov. «El gobierno también requiere que el banco le informe si encuentra otra violación. No es discrecional».

El acuerdo con Commerzbank es la más reciente sanción masiva contra un gran banco extranjero por violaciones relacionadas con «stripping» desde 2009, que suman ahora más de media docena y que incluye compañías reconocidas en los mayores centros financieros de todo el mundo.

En junio, el mayor banco de Francia, BNP Paribas, pagó una multa récord de casi US$ 9.000 millones y tuvo que declararse culpable, una medida extrema, por haber manipulado/eliminado información de giros interbancarios vinculados a regímenes como Irán y Sudán, incluso después de que los investigadores advirtieran que la institución estaba siendo investigada formalmente por tales prácticas.

La sanción contra banco fue tan significativa porque el mismo continuó sus actividades cuando los investigadores le pidieron que cesara, y no fue sincero en la respuesta a las solicitudes de información. Otros bancos que han sido sancionados por errores similares incluyen a ING Bank, Barclays, Royal Bank of Scotland, Standard Chartered y Lloyds. Una pena de US$ 1.900 millones contra HSBC también incluyó este tipo de actividades.

Creatividad para evadir sanciones y evitar controles antilavado

Los investigadores federales afirman que desde 2002 hasta por lo menos finales de 2008, Commerzbank utilizó una gran cantidad de medidas para evadir los controles de sanciones en su sucursal de Nueva York, incluso manipulado información de más de 60.000 operaciones de compensación en dólares por un valor de aproximadamente US$ 250.000 millones para entidades de Irán y de Sudán.

Además, el banco, con operaciones en 50 países y activos de más de US$ 580.000 millones, saboteó deliberadamente sus propios sistemas de monitoreo de transacciones para facilitar «numerosos pagos» por valor de US$ 1.600 millones a través de la sucursal de Nueva York vinculados a un amplio fraude contable de Olympus, que fue utilizada para ocultar «cientos de millones de dólares en pérdidas» de los contadores y auditores.

Para disimular transacciones vinculadas a Irán y Sudán, las sucursales extranjeras solían utilizar mensajes de pagos SWIFT amorfos y poco transparentes donde se ocultaban la identidad del remitente o beneficiario. Como resultado de esta práctica, las operaciones de cumplimiento en Nueva York se veían limitadas e ineficaces con «un menor número de alertas rojas de las que hubieran aparecido si toda la información hubiera sido compartida».

El personal de Nueva York por lo tanto no tenía acceso a la información del cliente necesaria para investigar las alertas desatadas por los sistemas de monitoreo de transacciones o de filtrado, pero cuando pidieron más información a ejecutivos de bancos en el extranjero fueron rechazados o ignorados durante meses u obtuvieron «respuestas inadecuadas o insuficientes», según documentos del acuerdo.

El personal de Nueva York intentó despejar alertas con búsquedas por Internet «superficiales».

Una lucha entre cumplimiento y el departamento de negocios

El grado y el nivel de tensión entre el personal de cumplimiento y los altos ejecutivos es «muy común en los bancos multinacionales, incluso en los bancos de Estados Unidos», dijo Ross Delston, un abogado con sede en Washington, y especialista de cumplimiento ALD.

Pero, tras un cambio en los últimos años, existe una «creciente tendencia para aceptar que el área comercial no va a salirse con la suya el 100 por ciento de las veces», dijo. «Una de las lecciones de recientes medidas, y no solo Commerzbank, es que los bancos que están dejando que el área comercial opaque al área de cumplimiento están siendo castigados”.

Más aún, los altos ejecutivos que tomen esas decisiones de esquivar los controles de cumplimiento podrían verse despedidos, nombrados en las acciones de aplicación de ley y, posiblemente sancionados, dijo Delston, señalando un caso reciente de sanciones donde se vio involucrado un oficial de cumplimiento de MoneyGram.

«Nadie está a salvo», dijo. «El siguiente paso obvio para los reguladores sería no solo perseguir solo a los algos ejecutivos de cumplimiento sino también a la alta dirección. Tuve la oportunidad de ver un regulador inspeccionar una situación atroz y decir que la alta dirección sabía o debería haber sabido lo que estaba pasando y por lo tanto era responsable».

Manipular el sistema para que se generen menos alertas

En una entrevista con investigadores gubernamentales, un vicepresidente de cumplimiento que no fue identificado que trabaja con monitoreo y administración de umbrales de alerta dijo que el sistema estaba calibrado para no generar “muchas alertas”.

El acuerdo establece que tanto el jefe de cumplimiento regional de la filial de Commerzbank en Nueva York y el jefe de cumplimiento antilavado de dinero presionaron al personal para que manipule los sistemas de transacciones para generar menos alertas.

El personal de Nueva York tenía pocos recursos en el banco para obtener más información sobre entidades y transacciones imprecisas. Las opciones era tomar decisiones que pondrían en peligro sus carreras como ir directamente al presidente ejecutivo, consejo de administración, los reguladores estadounidenses o investigadores o en última instancia  «hablar con los pies e ir a otra empresa donde la cultura sea mejor», dijo Volkov.

El banco «circuló instrucciones formales escritas y orientación informal a través de correo electrónico guiando al personal de menor jerarquía para que despoje la información que podría identificar a las partes sujetas de sanciones de los giros antes de enviar los mensajes de pago a bancos con operaciones en EE.UU.», según los investigadores.

Mientras otros bancos se alejaban de Sudan, Commerzbank vio una oportunidad para generar negocios

Por lo menos desde 2002 a 2006, el banco «mantuvo cuentas en dólares de EE.UU. para por lo menos 17 bancos sudaneses, entre ellos cinco [que fueron nacionales especialmente designados], y procesó aproximadamente 1.800 transacciones en dólares estadounidenses por valor de más de US$ 224 millones a través de EE.UU. utilizando métodos no transparentes para estos clientes y otras entidades de Sudán», dijo John Wood, presidente de la compañía Playfair Group.

«Esto es solo el comienzo de una nueva ronda de sanciones de varios miles de millones de dólares», dijo, y agregó que posiblemente haya bancos en Asia, Medio Oriente y otras regiones dispuestos a hacer negocios con grupos designados en Irán, Irak y Siria y otras jurisdicciones. «La sanción de una persona es la oportunidad de otra persona».

Todavía hay instituciones financieras que ayudan con petróleo ilícito y otros tipos de transacciones en nombre de Irán, incluyendo a China, Corea del Sur, Japón y otros países, como Chipre y Turquía, que podría «jugar para cualquier lado», con el objetivo de obtener un beneficio, dijo.

Más novedades para altos ejecutivos

El acuerdo señala que si bien muchos de los empleados involucrados ya no están en el banco, entre ellos el jefe antilavado de dinero, fraude y sanciones en Nueva York, los funcionarios federales están exigiendo la terminación de relación laboral con por lo menos cuatro empleados que «jugaron un papel central».

La medida exige el despido de un gerente de relaciones, un empleado en el área de interés, divisas y liquidez y dos miembros en los departamentos de gestión de fondos y de negocios internacionales.

Esos despidos no debe sorprender ya que el banco mostró una «actitud arrogante» en términos de cumplimiento del régimen de sanciones, en algunos casos «no solamente tenía una forma de evadir las sanciones», dijo Wood. «Si un método no funcionaba, ellos promovían y utilizaban diferentes técnicas para poder continuar con el esquema de forma activa. Esta gente estaba fuera de control. Esta fue una ruptura sistémica».

También es extraño que, en estos acuerdos, se nombren a las personas, o sus posiciones, y se exija que sean despedidos, dijo Volkov, una decisión que da una idea de lo que está por venir en futuros acuerdos.

«Va a haber más de estos acuerdos y los investigadores del gobierno está apuntando a los individuos», dijo.