EE.UU. sanciona por primera vez a una firma de contabilidad por violar las normas de independencia del auditor

La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU., SEC por sus siglas en inglés, anunció esta semana que la firma de contabilidad y auditoría Ernst & Young acordó pagar US$ 9,3 millones para resolver acusaciones de que dos de los socios de auditoría de la empresa tuvieron relaciones “demasiado estrechas a nivel personal” con directivos de las firmas con las que estaban trabajando, violando de esta manera normas para que las empresas mantengan su objetividad y la imparcialidad durante las auditorías.

La investigación de la SEC reconstruye encuentros furtivos, recopila importes de viajes y regalos y cita correos electrónicos privados.

Las investigaciones de la SEC muestran que el socio principal de un equipo de trabajo de auditoría de una empresa que cotiza en bolsa en Nueva York mantuvo una impropia relación personal con la directora financiera de la compañía, y en otro caso otra socia de la firma mantuvo una relación sentimental con el director financiero de otra compañía que estaba auditando.

Ernst & Young tergiversó información en los informes de auditoría emitidos con los estados financieros de que mantuvo su independencia a través de estas auditorías.

«Estas son las primeras sanciones de la SEC por incumplimiento de las obligaciones de independencia del auditor debido a la estrecha relación personal entre los auditores y el personal del cliente», dijo Andrew J. Ceresney, Director de la División de Cumplimiento de la SEC. «Ernst & Young no hizo lo suficiente para detectar o prevenir que estos socios se acercaran demasiado a sus clientes, comprometiendo su papel como auditores independientes».

Según la SEC, Gregory S. Bednar, auditor de la firma de contabilidad violó las reglas de la independencia del auditor entre enero de 2012 y marzo de 2015, cuando Ernst & Young le encargó que mejorara la relación con la empresa cliente de la firma porque era una «cuenta con problemas». Bednar y la directora financiera de la compañía pasaron noches en las casas de ambos en varias ocasiones y viajaron juntos con otros familiares en viajes sin ningún propósito comercial, e intercambiaron cientos de mensajes de texto personales, correos electrónicos y mensajes de voz durante los períodos de auditoría. Bednar también entabló amistad con el hijo de la directora financiera y a menudo los invitó a eventos deportivos y les hizo otros regalos. Algunos socios de Ernst & Young notaron excesivos gastos de entretenimiento por parte de Bednar, pero no hicieron nada para confirmar si Bednar estaba cumpliendo con sus obligaciones de independencia.

Bednar y Ernst & Young acataron la orden de la SEC sin admitir ni negar la acusación. La empresa acordó pagar casi US$ 5 millones en sanciones monetarias por estas violaciones. Bednar debe pagar una multa de US$ 45.000 y no podrá ejercer como contador ante la SEC, lo que incluye no participar en la presentación de informes financieros o las auditorías de las empresas públicas. La orden de la SEC permite a Bednar solicitar el restablecimiento después de tres años. Bednar ya no trabaja en Ernst & Young, según el comunicado de la SEC.

En el otro caso, la SEC encontró que Pamela Hartford violó la regla de independencia del auditor entre marzo de 2012 y junio 2014, cuando mantuvo una relación sentimental con un ejecutivo financiero mientras se desempeñaba en el equipo de trabajo encargado de auditar su empresa. Mientras tanto, otro socio de Ernst & Young llamado Michael Kamienski, que supervisaba a Hartford en la auditoría, se dio cuenta de los hechos que sugieren la relación impropia y sin embargo no realizó una investigación razonable ni planteó el caso y las preocupaciones dentro de Ernst & Young.

De acuerdo con la orden de la SEC, Ernst & Young requería a los equipos de trabajo de auditoría que siguieran ciertos procedimientos para evaluar su independencia, y a los empleados se les preguntó si tenían algún tipo de relación familiar, laboral, o financiera con los clientes que auditaban que podría suscitar problemas de independencia. Sin embargo, estos procedimientos no preguntaron específicamente sobre las estrechas relaciones personales no familiares que puedan perjudicar la independencia de la firma.

Hartford, Kamienski, Ernst & Young y el ejecutivo de la firma acataron la orden de la SEC sin admitir ni negar la información de la acusación. La empresa acordó pagar casi US$ 4,4 millones en sanciones monetarias para estas violaciones. Hartford, Kamienski y el ejecutivo acordaron pagar sanciones por US$ 25.000 cada uno y no podrán ejercer como contadores ante la SEC, lo que incluye no participar en la presentación de informes financieros o las auditorías de las empresas públicas. Hartford and Kamienski ya no trabajan en Ernst & Young.