Un nuevo informe muestra que los mayores riesgos de lavado pueden estar en las entidades de menor tamaño

[private]Por Brian Monroe
3 de Diciembre de 2014

Una reciente revisión del regulador financiero de Reino Unido muestra fallas generales en los controles ALD de pequeños bancos del país. La Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (FCA por sus siglas en inglés) examinó a 21 bancos pequeños entre octubre 2013 y junio de 2014 para revisar los programas antilavado de dinero (ALD) y los sistemas de control de sanciones.

En esta revisión, el regulador encontró que las instituciones más pequeñas tenían “debilidades significativas y generalizadas” en los controles ALD, particularmente en las áreas de las evaluaciones de riesgo de negocios y clientes. Además, los bancos continuaron teniendo problemas en varias áreas de alto riesgo, incluyendo la debida diligencia reforzada para las personas políticamente expuestas (PEP) y relaciones de corresponsalía.

En Estados Unidos, también hay falencias de cumplimiento, tal vez menos publicitadas pero no por ello menos potentes, en áreas críticas del programa en posiblemente miles bancos más pequeños, señalan profesionales de cumplimiento, examinadores y consultores.

Cualquier falla en las medidas de protección de las instituciones más pequeñas se ha vuelto más vulnerable por el “de-risking” o la eliminación de clientes de alto riesgo por parte de muchos grandes bancos y otras instituciones. A medida que las instituciones más grandes eliminan en masa a las entidades más riesgosas, estos clientes buscan el camino de menor resistencia de vuelta al redil financiero a través de instituciones más confiadas.

Los bancos más pequeños en Estados Unidos han tenido dificultades para entender los elementos de una sólida evaluación de riesgos, para crear una capacitación innovadora para el personal que tiene contacto con el público, y mantener la institución informada sobre las últimas amenazas y tendencias, dijo Chip Poncy, ex director de la Oficina de Políticas y Estrategias para el Financiamiento del Terrorismo y Delitos Financieros de EEUU.

La fortaleza general de un programa, la experiencia del personal y adecuados sistemas de transacción en las instituciones más pequeñas son temas de “creciente importancia” para los reguladores federales y los investigadores, dijo Poncy, ahora socio fundador de Financial Integrity Network, una firma de consultoría.

“Los grandes bancos están eliminando clientes de alto riesgo (de-risking) y tomando un enfoque más conservador con relación a prácticas bancarias. Eso podría significar una migración del riesgo de grandes bancos a instituciones más pequeñas y menos preparadas”, dijo Poncy.

Al mismo tiempo, EEUU se encuentra en estos momentos inmerso en una revisión interna de sus leyes e instituciones que comenzó a principios de este año. La iniciativa, encabezada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y con la participación de decenas de otros reguladores del gobierno y agencias de investigación, se produce antes de una rigurosa evaluación el próximo año por parte del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).

Si bien EEUU ha experimentado estas revisiones en el pasado, se estima que la próxima ronda sea mucho más difícil, ya que los examinadores calificarán la efectividad de los bancos y autoridades para la identificación de clientes y hay en el país problemas clave relacionados con la disponibilidad de información sobre el beneficiario final.

Los reguladores en diversos foros en los últimos años han expresado sus preocupaciones sobre las contramedidas de cumplimiento en las instituciones más pequeñas y esas grietas que pueden ser explotadas por una afluencia de entidades riesgosas que buscan cuentas bancarias.

Un problema importante para muchos bancos pequeños es que todavía están utilizando sistemas de monitoreo de transacciones en su mayoría manuales o, si cuentan con un monitoreo automatizado, no entienden los sistemas suficientes para personalizarlos, dijo Arnie Scher, director general de Información de Jade Systems, Inc. en la ciudad de Nueva York y ex oficial de cumplimiento de JPMorgan.

“Eso puede conducir a problemas de datos”, dijo, y agregó que si el sistema no está recogiendo ciertos tipos de información de transacciones o de clientes o no engranan correctamente con otros programas de software de banco, la institución puede perder ciertas actividades sospechosas e informes relacionados.

Además, muchos bancos más pequeños, no cuentan con profesionales con suficiente conocimiento para darse cuenta de ciertos aspectos en el cumplimiento ALD porque “tal vez fueron recientemente contratados o fueron trasladados de otro puesto en otro departamento y ahora recibieron las obligaciones ALD “, dijo Scher. Los bancos más pequeños pueden estar “más orientados hacia el marketing que al ALD. Tal vez el oficial de la ALD sea también el jefe de ventas”.

Mucho riesgo y poca comprensión

Los reguladores bancarios han mostrado muchos de estos problemas para los bancos más pequeños en recientes sanciones y medidas.

En recientes medidas de cumplimiento, la Federal Deposit Insurance Corp., que supervisa cerca de 6.700 instituciones, también resaltó significativas fallas de cumplimiento ALD en instituciones más pequeñas en las áreas de adecuada diligencia debida del cliente, evaluación de riesgos y detección sanciones.

Uno de los ejemplos más flagrantes de un banco más pequeño que no controló adecuadamente el riesgo de ciertas entidades o no elaboró un adecuado programa para mitigar esos riesgos ocurrió en septiembre de 2013, con una sanción pecuniaria contra Saddle River Valley Bank.

FinCEN y la OCC, el regulador federal para los bancos más grandes y complejos de EEUU, penalizó al banco con sede en Nueva Jersey con US$8,2 millones por generalizadas fallas ALD, incluyendo no haber monitoreado adecuadamente US$1.500 millones en transacciones vinculadas con casas de cambio en México y otros países.

Las medidas de cumplimiento señalan que el banco, en 2009, ignoró señales de alerta relacionadas con el riesgo de las casas de cambio.[/private]