El Bitcoin y las monedas virtuales están aquí para quedarse, con sus fortalezas y debilidades

Por Mónica Ramírez Chimal
Socia de Asserto RSC en la Ciudad de México. 
(www.AssertoRSC.com)

Entre más de 30 tipos de monedas virtuales a nivel internacional, el Bitcoin es la más utilizada. Entre personas, entre empresas y personas. No necesita de un intermediario, ni está avalado por gobierno alguno. Por ende dentro de sus ventajas está el minimizar costos, reducción de procesos, los pagos son hechos en tiempo real, no hay cuentas por cobrar, etc.

Cada transacción es transparente: tiene una contabilidad pública y abierta conocida como “blockchain”. El Bitcoin puede ser comparado a los programas de lealtad que ya conocemos como generación de puntos en tiendas departamentales para después ser canjeados por productos. Su diferencia radica en que es utilizado a nivel internacional y en varias compañías o entre personas.

Muchos países ya han emitido regulación sobre éste; sin embargo su tratamiento varía. En Estados Unidos, tanto las empresas que se dediquen a emitir o redimir Bitcoins, así como intercambiarlos  por monedas de curso legal, son consideradas como “servicios empresariales de dinero” o “msb” (por sus siglas en inglés) y como tal deben de estar registradas ante la unidad de inteligencia financiera de EEUU (FinCEN) y cumplir con la ley antilavado de dinero. Para España, el Bitcoin es considerado un activo intangible mientras que para Japón su tratamiento es como si fuera oro y en Alemania como otros activos. En México, el Bitcoin no está regulado porque no es reconocido como moneda y como tal, la autoridad desincentiva su uso, sin que esté prohibido.

En relación con el Bitcoin rondan varios riesgos. El primero y más sonado es que puede ser utilizado para lavar dinero por su característica de “pseudo-anónimo”, lo que facilitaría ocultar al verdadero dueño de los recursos y su fuente, así como mover grandes cantidades de dinero internacionalmente, sin necesidad de autorizaciones, cualquier día del año, las 24 horas. A pesar de que existen varias regulaciones de distintos países que llevan a conocer al cliente (“KYC” por sus siglas en inglés), identificarlo y corroborar su identidad, que es un punto clave en la prevención de lavado de dinero.

El segundo riesgo es la volatilidad del Bitcoin, ya que su precio lo estipula la oferta y demanda, impulsada por cada uno de nosotros. Su precio es variable, pero ya existen en el mercado seguros emitidos por compañías como AON, Marsh que para todos aquellos que utilizan Bitcoins de forma recurrente o a gran escala, les ayuda a cubrirse ante dicha volatilidad.

El tercer riesgo es que puede ser utilizado para evadir impuestos, así como para comprar productos o servicios prohibidos. Este riesgo dependerá de la regulación donde se encuentre la empresa o persona, ya que como hemos mencionado no hay una regulación internacional y/o estandarizada para el Bitcoin.

A pesar de estos riesgos, el Bitcoin se sigue utilizando día tras día y por un creciente número de empresas y personas. Existen casos exitosos como la primera empresa en haberse constituido y que opera íntegramente en Bitcoins en España, así como la primera compañía que ha salido a la Bolsa de Valores en Australia. Según el Director General de Overstock desde que su empresa empezó a utilizar Bitcoins sus ventas se han incrementado sustancialmente. Para los negocios está siendo una ventaja competitiva. El reto es cumplir con las regulaciones y tener internamente un área de Cumplimiento u Oficial de Cumplimiento debidamente capacitado en la materia, con presupuesto, autoridad e independencia que proteja a la empresa de cualquier potencial riesgo en el manejo de Bitcoins. (Por supuesto, incluye el riesgo de lavado de dinero).

El Bitcoin es una realidad, no es un experimento más de moneda virtual. El Fondo Monetario Internacional, en conjunto con el Banco Mundial han reconocido la eficiencia del sistema. Países como Inglaterra están trabajando para lanzar su propia moneda “britcoin”. Debido a la rapidez con la que está creciendo y avanzando este tema, queda en las manos de las empresas y personas estar capacitados para no quedarse un paso atrás en este fenómeno que no se detendrá y que está siendo el marco internacional para incluso nuevas propuestas en monedas virtuales.